miércoles, 31 de agosto de 2011

Activismo revolucionario inconsciente.



Entiendo que haya personas que se encuentren disgustadas porque determinados músicos o artistas cubanos se presenten en Miami a pesar de que en sus vidas conservan algún pecadito que los relaciona a la cúpula gobernante por cualquier motivo. El solo hecho de identificar a uno de esos artistas con los personajes que han causado tanta penuria, amargura, muerte e infelicidad a los cubanos es suficiente para desatar un torbellino de odio y repulsión.

Si a esa situación se suma el hecho de que estas actuaciones se producen al amparo y bajo el auspicio de Washington incentivando el intercambio cultural para acerca a ambos pueblos y que este intercambio no es t al, ya que el gobierno de la isla no permite dentro de su territorio la actuación de determinados artistitas y músicos cubanoamericanos, echa más leña al fuego a esa enconada resistencia y critica de un importante número de personas de origen cubano residentes en Miami.

Generalmente los espectadores de este debate optan por actitudes que no van mas allá de un análisis ecléctico a la luz de una normativa legal; otros sintetizan los hechos a la libertad que impera en este país y convergen ambas posiciones que no es dable oponerse a tales actuaciones porque esa actitud se equipararía al “amordazamiento” con que involuciona la actual  sociedad cubana.

Me limito a recordar solamente que el origen de este desacuerdo no es si los artistas son de izquierda, derecha o de donde sea, o si no permiten a los de aquí hacer su arte y su música allá, si no en que es a raíz de la luz verde que ofreció la Casablanca al intercambio cultural, artístico y científico, que visto ante la prerrogativa que tiene el gobierno de La Habana de decidir con un filtro quien sí y quién no convierte al intercambio en un bochorno para Washington que debió prever a ultranza, el interés y propósito manipulativo que los Castro ejercitan libremente ante cualquier gesto de acercamiento del gobierno de Estados Unidos a la isla. Debieron aprender hace mucho tiempo que es a ese gobierno al que no le conviene ningún acercamiento y si hasta el momento ha permitido las visitas es porque se beneficia económicamente.
Es un genuino derecho de cada cual comportarse a la altura de sus expectativas, no me oponto o critico eso; solo recuerdo que nuestra vida traza un camino adoquinado por nuestras actuaciones. Cada una de ella debe ser autojuzgada con detenimiento porque todas conllevan un efecto. Hay que pensar esos efectos antes de que se produzcan. Y esos efectos pueden ser particulares o privados y también de mayor alcance.
Y mi último punto es que esos artistas que han estado o están comprometidos con la más alta jerarquía de la nomenklatura gobernante al llegar acá y reunir al publico que corea y baila sus canciones, están realizando una propaganda activa y gratis al régimen de La Habana y su trayectoria. Esos gritos de placer musical acompañantes de las actuaciones no es otra cosa que cantar alabanzas a lo que representan convirtiendo a sus fans o admiradores, como se suelen llamar a sí mismos, en activistas directos del DOR con oficina en Miami.



Jorge B. Arce

Viejos inventos modernizados.

Hace unos minutos navegaba por uno de los blogs que sigo, precisamente el de un joven cubano con mucho talento, y desde los primeros momentos su spot me hizo recordar mi infancia que está bastante lejana, por cierto. Lo disfruté porque el cerebro humano es definitivamente prodigioso y recrea las imágenes vividas con una nitidez extraordinaria. Las imágenes que difunde el blogger sirvieron de "puente" para revivir esos dulces y hasta melancólicos recuerdos de esa parte de la vida cuando tú careces de preocupaciones, ideología, política, necesidades; totalmente preñada de deseos de conocer, de aprender, de volar...

Tengo 60 años. Soy cubano y tengo una hermana. De niño cuando residía en un pueblito de la antigua provincia de Camaguey, Nuevitas, observaba, cuando no estaba jugando a las bolas al atardecer antes de la última comida del día, cómo pasaban los vendedores ambulantes que adornaban de cierto modo la calle imprimiéndole cierto aire de vecindad interconectada de vecinos  y vendedores. Estos comerciantes diversificaban lo inimaginable para hacer dinero y sobrevivir; entonces los alimentos costaban muy poco. Para que se tenga una idea con una moneda de 25 centavos ( una peseta ), ibas a la carnicería y comprabas picadillo, costillas y carne de segunda y comían tres veces cuatro personas, dos adultos y dos niños.
Pero retomando lo de los comerciantes móviles, encontrabas uno que vendía pata y panza y lo anunciaba con el pregón: ♪ paticaaaaa, ♪ paticaaaaa, caserita ♪. Ingeniosamente llevaba dos latas ( de las que conocemos en Cuba como lata de aceite, de 5 galones ) a ambos extremos de un madero y endosadas al fondo, hornillas de carbón con brazas para mantener calentito el producto porque el tumba'o es comprarlo para comer ipso facto, como ahora con las pizzas, si no llegan calientes se devuelven al vendedor. Y ese era el de pata y panza, pero también el de tamales, rositas de maíz y otros productos alimenticios que deben venderse tibios o calientes.
El punto es que estamos hablando de la década de los 50', cuando el uso industrial de los polímeros no era ni siquiera un sueño entre los cubanos de aquellos dulces y tranquilos pueblecitos.
El uso de la imaginación para hacer negocios y avanzar en la vida es una característica propia del ser humano en general. No creo que sea honorable imaginar que solo la nacionalidad cubana es la que se desempeña mejor que otros. Eso es falso. He visto otras nacionalidades empleando la imaginación, la inventiva y la adaptación de los medios locales recolectables para salir adelante que resulta difícil imarginarlo.Sin embargo, no me cabe la menor duda que los cubanos son proclives a generar ideas frescas o viejas renovadas a partir de la necesidad, que opera como precursora de hijos machos. Resulta obvio esa característica del alma del cubano cuando lo observamos crecer en cualquier otro país con ínfimos recursos o casi sin ellos, en tierra extraña, con poquísimos conocimientos del idioma y las normas administrativas y con una feroz competencia que diluye lo mediocre y lo malo y genera calidad, inventiva y garantía constantes.
En la propia isla esa capacidad debe burlar las limitaciones materiales, las prohibiciones y las normas administrativas, obstáculos considerables para cualquier "empresario", demuestran esa positividad y esfuerzo que los hace engrandecerse pese a las dificultades.
Que Dios bendiga a todos los buenos cubanos y también, por qué no ?, los malos cubanos que golpean a mujeres y hombres indefensos que reclaman libertad escondiendo su temor en turbas deshumanizadas.
Jorge B. Arce

martes, 30 de agosto de 2011

Blogging in the night.


Respuesta a Gabriel, en el blog de  Eduardo del Llano Wordpress.com, sobre el desalojo de manifestaciones públicas y otros comentarios afines.



Gabriel, resulta muy objetiva tu reseña aunque dudo que pudiera materializarse. Te imaginas quién de los allí reunidos para protestar aceptaría un ticket de esa naturaleza? Imagino que no y resulta obvio los resultados de ese intento. Pero retomando la sartén como lo hiciste en principio no puede olvidarse que la calificación de la conducta humana a la luz del derecho requiere haberse formulado con antelación un norma dispositiva que encierre en sí misma cómo las personas habrán de conducirse a partir de la promulgación de la misma. Inmediatamente comprenderás que esta metodología de la praxis del derecho es inaplicable a las multitudes. De modo que para el caso concreto no se ajustaría.

Sin ánimo de buscar una salida elegante como la que propones, hay que repasar lo que prevé la ley acerca de las manifestaciones públicas en cada lugar porque la norma debe regular qué hacer en cada caso. A la distancia de lo dicho resulta evidente que la manifestación es legal y el desalojo de lugares públicos también lo es. Lo que verdaderamente no lo es resulta el comportarse en extremos. Salir a la calle y portando un medio audiovisual reclamas o pides lo que consideres razonable guardando las distancias y esa acción resulta apoyada por otros tantos, haz conseguido el propósito de manifestar tu opinión, haz ejercido el derecho de libertad de opinión y expresión en plena calle. Sin embargo, si después de lograrlo te aferras a una conducta que altera el orden público establecido, entonces te conviertes en un infractor y si son cientos, en cientos de infractores que no pueden ser procesados como propones. Las autoridades ante esa situación vienen obligadas a hacer cumplir lo estipulado antes de esas manifestaciones callejeras y restaurar el orden público alterado pues los que residen, trabajan o hacen otras actividades en el entorno están perjudicados por esa acción que ya es irreprochable; una de las características de la infracción de ley. Luego entonces, ante la ecuación infractor-autoridades, los primeros están obligados a obedecer a los que en derecho administrativo son agentes del estado con la autoridad que dimana de él para obligar a los demás a conducirse de cierta forma. Conclusiones: el desalojo es LEGAL, estrictamente legal. Los bastonazos ?...es difícil de enjuiciar a un agente que recibe una bofetada y no la riposta en defensa propia más que lo que dimane de su uniforme y autoridad de que está investido. Es difícil creer que un agente de la policía no propine un buen empujón a aquél que les recuerde a todos sus abuelos y abuelas y otros familiares con voz de chivo enfurecido en medio del desorden de un tumulto semejante. También es difícil soportar un empellón que te propina un policía cuando no te mueves cuando te lo exige y si no te mueves...entonces le estás dando luz verde para que te empuje. Así se caldean los ánimos_porque ninguno de nosotros tiene miel en las venas_ y se pasa a mayores.

Pero si de Cuba se trata, las cosas cambian porque en Cuba no hay ni estado de derecho ni tampoco instituciones que protejan al individuo. Es estado cubano es absoluta y totalmente hegemónico y el conocimiento por décadas de esta cruel realidad hace más miserable e indefensa la seguridad física de la persona. Algunas de las leyes que fantasean el estado de derecho en Cuba significan un trozo de papel, como por ejemplo el precepto constitucional que establece que la persona es inviolable. Inviolable ?; no han visto en plena plaza de la Catedral cómo la policía detiene a un sujeto y le registra sus pertenencias personales como si fueran del propio agente ?; o cómo detienen un vehículo en una carretera, exigen los documentos de identificación de todos y minuciosamente registran hasta el tubo de escape y si protestas te dicen que hay un "operativo" como si eso significara alguna cosa importante para ti que vas con prisa a la visita de tu amigo en el hospital o a coger un tren para Guantánamo.

En Cuba siempre han existido disidentes, pero los disidentes siempre han sido perjudicados con toda mala intención con epítetos que lo hacen merecedores de los mayores maltratos e injusticias. Primero le llamaban batistianos, luego esbirros y chivatos; más tarde vende patrias y gusanos y así hasta mafiosos de Miami pasando por mercenarios de Alfa 66 o de la Fundación cubano-americana o contrarrevolucionarios, este último el más utilizado y de mayor versatilidad. Con tales encasillamientos ex profeso la gente no está comiendo catibías para salir a la calle con cartelones y los que lo hacen ahora reciben el trato que reciben las Damas de Blanco con un lirio en la mano. Para qué contarlo.

Aún cuando en la isla se constituya un estado de otro tipo, abierto, democrático, de derecho, la gente estará sobrecogida ante la posibilidad de salir a manifestarse y expresar sus inquietudes y pedidos.

Y de final puedo decir que en estados de este tipo como España, por ejemplo, las leyes abrigan normativas dirigidas a remover funcionarios de todos los niveles cuando sus estándares de ejecutoriedad son negativos. Por supuesto que se necesita de la información para establecer la queja o demanda de manera consistente, pero el mecanismo legal existe y es viable, sólo requiere de lo más importante: un líder que encamine los esfuerzos agrupados en una dirección inteligente, visible, pública. Esta conducta arremeda todas las instituciones democráticas del país determinado y requiere de una cobertura constante de los medios. Es efectiva.

Las multitudes sirven para remover y desmantelar ejecutivos completos, no es el caso de España sí de Cuba; el Sr. Gene Sharp lo detalla con lujo y también para distribuir responsabilidades. En una muchedumbre es difícil identificar un rostro por ello se diluye la responsabilidad personal y con ella el compromiso y el comprometimiento. Es un último recurso.

Jorge B. Arce. Miami, y no de la Mafia.

Trabajo de equipo.



Y quién le dio el crédito al presidente Obama por el éxito del raid que eliminó a Bin Laden ? A juzgar por el raudal de noticias sobre el asunto se lo han adjudicado al mandatario sin considerar el nacimiento, desarrollo y epitafio de la operación, al menos así lo parece.

Pero me siento en la necesidad de elaborar unas cuantas ideas sobre el tema.



Primero: Las agencias de inteligencia no habrían obtenido la información del “correo personal” del más buscado terrorista, sino obtienen la información por métodos poco ortodoxos autorizados por el ex presidente Bush.



Segundo: Esas agencias, entre ellas la CIA, localizó y colocó bajo vigilancia continua, incluso usando agentes pakistaníes, a ese correo, lo cual permitió hallar la casa donde fue ultimado Bin Laden.



Tercero: El equipo que conforman las estructuras de inteligencia, contrainteligencia, antiterrorismo, seguridad y otras fuerzas, estudiaron el terreno donde se suponía ocultaba una importante figura del terrorismo internacional, y utilizaron todas las técnicas disponibles, lo que, inevitablemente incluye a otros agentes y especialistas. Este trabajo era conclusivo, porque sin que hubiera un alto nivel de convicción de que en ese sitio se ocultaba un cabecilla de Al Qaeda, no podría diseñarse una operación de ataque y exponerla a la aprobación del comandante en jefe.



Cuarto: La persona que dirige y monitorea toda la preparación y entrenamiento de la operación es un secretario del gobierno, no es el presidente. Es quien coloca al estudio y aprobación del presidente, las tres opciones diseñadas para destruir el blanco.



Quinto: Un equipo diseño el plan para ser materializado por un equipo SEALs de la marina que fue seleccionado y entrenado en condiciones semejantes al teatro de operaciones donde tendría lugar.

Sexto: El presidente sí debió decidir entre un ataque aéreo y un asalto comando, debido a la necesidad de a) asegurarse que era el cabecilla de Al Qaeda, b) disminuir efectos colaterales que empeorarían los efectos en los pakistaníes vecinos, c) no poner sobre aviso a las autoridades de Pakistán debido a la incertidumbre de que conocieran la presencia del terrorista o de alguna manera éste lo llegara a saber con anterioridad.

Este resumen significa que el presidente asumió la responsabilidad que viene obligado a tomar como jefe de estado y jefe máximo de todas las fuerzas armadas, sólo eso. El plan se lo colocaron en su escritorio totalmente hecho. Los artífices fueron los que he mencionado de manera general, los verdaderos rostros quedan en las sombras ciertamente, al menos del gran público. Esos son los que produjeron el resultado. No lo olvide. Gloria a esos muchachos!



Jorge B. Arce


El poder de la información.




A la Sra. María C. Werlau, articulista del Herald. Aparecido el 1ro. De diciembre de 2008. Pero también a los lectores que como yo leen ese diario totalmente cada día, y a los editores y, por qué no, a esas personas persistentes, pacientes, de voluntad inagotable, que ante la férrea hermeticidad del régimen cubano realizan la encomiable labor de buscar procesos, elaborar y documentar los archivos de la historia moderna de Cuba. Tal vez a otros que se interesan en la cruel interrogante que se hace la articulista de por qué condenan a otros gobiernos en el mundo y no a los Castro.


En Cuba solo estos hechos los conoce un grupo muy limitado y reducido de personeros del régimen. Me aventuraría a decir que los dirigentes que toman las decisiones finales en los asuntos que entrelazan los problemas internos con ecos al exterior y, por supuesto, la odiosa maquinaria de la seguridad interior y la inteligencia. Los demás cubanos, aun los que ostentan cargos en altos puestos gubernamentales, legislativos y judiciales, y claro está, los intermedios, ignoran todos estos hechos. El mecanismo funciona porque aísla al ser humano de la información. La información precondiciona conceptos y juicios y, por consecuencia, reacción. La dictadura sabe eso, lo ha puesto en práctica con el aislamiento total y les ha dado muy buenos resultados. Quien llega a esa conclusión no es quien siempre vivió en el exterior de la isla, sino el que luego de vivir allí se traslado a otro lugar y se siguió interesando por el “caso Cuba”, como yo le llamo.


La maquinaria de represión, perfectamente estructurada y gobernada desde arriba en forma piramidal, esta aceitada y funciona porque la mantiene en funciones un grupo muy reducido de personas. Por ejemplo: el Ministro del Interior posee una regla de conducción de los esfuerzos de su ministerio de manera predeterminada, con un patrón, dirigido a evitar una consecuencia definida previamente y su actuar esta guiado a ese fin; no importan los medios para obtener ese fin.

 Cualquier hacer de este, con independencia de las consecuencias, estará respaldado por la máxima dirigencia. Con esos términos un Ministro del Interior elabora su actuar basado en prever que la consecuencia más peligrosa no se produzca y si obtiene esos resultados no tendrá problemas. La confianza que la máxima dirección le ofrece se basa en la consulta antes de la decisión final.

 Las cifras, detalles, elementos, consecuencias, motivos de los hechos que ocurren en Cuba, tanto de corte político como delincuenciales, son conocidos solo después que han sido evaluados por el poder máximo, no antes. Esa evaluación supone restricciones en la forma y contenido y por ello, la noticia sobre el hecho no es totalmente conocida por todos. De ahí la consecuencia inevitable por el momento en el sentido de que la interpretación de esos hechos no provocara efectos colaterales peligrosos para el régimen. Solo aparecen publicadas las cifras y detalles que no dañan la imagen exterior del régimen, de la Revolución Cubana.

 Pero acá, en Miami, en la Segunda Cuba, como se dice_no tengo detalles de otros sitios_no le brindan importancia a la línea de actuar anteriormente señalada y se pronuncian que es incomprensible que los cubanos no se lancen a las calles, que no ha habido ni una sola noticia de ello fuera del maleconazo de 1994.

 Acá el resto de los latinoamericanos guarda un constreñido resentimiento de los cubanos porque frente a sus propios problemas, estos, los cubanos, están favorecidos por las decisiones del gobierno estadounidense, al menos en gran parte del espectro político y eso los minimiza sin causa aparente.

 Están, dicen, muy ocupados con enfrentarse a sus propios problemas, que por exclusividad, los sienten más importantes que los cubanos.

 Porque asombrarse que Zelaya se de abrazos y brindis con Raúl Castro o Calderón apruebe el tratado de deportación de los cubanos que buscan la libertad, por solo citar dos ejemplos.

A través de toda la historia reciente de la nación cubana, los líderes que han acudido a las invitaciones han sido los representantes que lo hacían de los países de Europa del Este.

 Repásese esa historia y se observara, y claro está, que ninguno iba a mover un solo dedo para favorecer al pueblo cubano porque sus intereses se cifraban únicamente en mantener un aliado ideológico-político y militar estratégico situado en las Américas a poca distancia del territorio continental estadounidense. Allí está la crisis de los misiles.

 Los demás líderes y personalidades que han visitado la isla-y entiéndase por visitado como gesto exterior de la política propia que marca una posición político-ideológica-lo hacían guiados por esa misma diferencia, un aliado, un apoyo, una voz, un voto a su favor en los foros de debate internacionales.

 Pero además, hay que preguntarse por que han respaldado al gobierno cubano con posiciones abiertas o menos abiertas en situaciones donde han  estado en juego las acusaciones al régimen cubano como opresor de su pueblo. Y cabe responderse que objetivamente han estado conscientes de esas acusaciones y la inobjetable realidad pero han corrido la pagina porque a diferencia de los demás países que se desprendieron del comunismo con movimientos internos, los cubanos no han “movido” nada importante, trascendente; no han respaldado posiciones de los principales disidentes visibles y el control sobre los medios de producción y los medios de prensa y otros era tan rígido en aquellos como en Cuba.

La seguridad del estado de la extinta Republica Democrática Alemana fue la maestra de la aventajada homologa cubana.

El enfrentamiento que las administraciones norteamericanas han tenido durante anos para defender, reponer e instalar sociedades democráticas en otros países del hemisferio occidental y otros lugares más remotos, siempre ha encontrado un férreo elemento en contra: que roza el ingerencismo y este argumento ha sido magistralmente esgrimido por el régimen cubano en su propaganda interna y externa. En esta siempre ha habido dos bandos: buenos y malos y los últimos fueron bautizados desde 1960 al establecerse el embargo económico contra la isla.

 Mantener una imagen internacional que se avenga a los intereses de los pobres, de los oprimidos para un régimen como el cubano, constituye un gasto adicional que ellos desembolsan y están dispuestos a continuar desembolsando. Las organizaciones anticastristas fuera de la isla más importantes se encuentran en Miami y por separado y en conjunto-caso de que acordaran unirse para un propósito determinado-no han estado dispuestos a gastar en propaganda anti-dictatorial en cifras que se acerquen a las que ha manejado el gobierno cubano durante décadas. No creo que las organizaciones anticastristas puedan reunir el capital para hacerlo contrario sensu lo hace el gobierno de la isla. Esto, de hecho, marca una diferencia. Como se conoce, históricamente el régimen cubano ha contado con un formidable adversario: el gobierno de los Estados Unidos y por tal debe entenderse a todas las administraciones republicanas y demócratas a lo largo del periodo post revolución. Ambos contendientes han usado las armas diplomáticas y no tan diplomáticas que han tenido a su alcance. Pero la Casablanca tiene en su contra que la sociedad estadounidense es abierta y la cubana, por el contrario, cerrada.

Esto marca una ventaja para aquel. Ellos tienen acceso a datos y sucesos de los del Norte que pueden reelaborar y reacondicionar a su favor, mientras que los Estados Unidos se encuentra con un país donde aparecen públicamente los datos oficialistas y una oposición pacífica en paños menores-con todo respeto-políticamente hablando. Luna sociedad sin instituciones democráticas ni otros instrumentos para disentir o cuestionar las posiciones oficialistas. En dos palabras: el gobierno cubano ha conocido y utilizado con fines propagandísticos a su favor ms información sobre las intenciones del gobierno de los Estados Unidos respecto a Cuba que aquel. Y por otra parte el embargo no ha conseguido derrocar aquel gobierno como se propuso inicialmente JF Kennedy que lo implanto y las sucesivas administraciones que le dieron continuidad. Hay que reconocer que el embargo económico contra Cuba como el empleado contra Libia y sus resultados no ha surtido efectos iguales. En las últimas sesiones de la llamada Comisión de los derechos Humanos de las naciones unidas, no se sanciona a los Castro y si a la Casablanca.

 Un aliado inconsciente.
El régimen cubano siempre ha contado con un aliado en sus campanas de desacreditación de las políticas estadounidenses y de otros gobiernos en contra y ha sido el propio pueblo cubano. Es que cuentan con el monopolio de la información en la isla, algo que no disponen los sistemas democráticos; por ello pueden manejar a su antojo la noticia sin que la sociedad pueda cuestionar la veracidad de los detalles.

 El gobierno cubano ha manipulado a su conveniencia el pueblo cubano que no dispone de medios de información, que es un porciento elevado sin que pueda indicarse una cifra. Esa capacidad de reunir a miles en un acto de repudio a políticas norteamericanas significa un nítido mensaje al mundo sobre el respaldo que tiene el gobierno de su pueblo gobernado. Siendo así el apoyo que se espera tengan los disidentes en el extranjero

No llega a materializarse. Recordar, por ejemplo, la campana sobre el niño Elián González o las marchas en contra de las embajadas de Venezuela y el Perú. Es que el pueblo ha sido manejado por carecer de esa información, de medios por buscar otra opción que no tienen. Ha sido un sistema implantado desde los albores del triunfo de 1959 cuando se nacionalizaron los principales medios de noticias de TV, radio y diarios. Era un medio para obtener un fin, política diseñada por Castro con absoluta y total intención maquiavélica.

Las posiciones anti-castristas de personalidades, organizaciones y gobiernos en el exterior, son ignoradas por los cubanos simplemente porque no la conocieron nunca. La inmediatez de la noticia en Cuba es algo desconocido, solo usada por el gobierno.



Esta situación de indefensión de los cubanos en relación a la posición del gobierno; la ausencia del debate, de la disidencia, del aporte de ideas más el teatro montado en torno a las llamadas instituciones democráticas de la isla y el sistema electoral, solo avinagran la esperanza de los pobladores y se afinca cada vez más, la intención de abandonar el país como opción a la desventaja frente al gobierno. Es por eso que no contemplar entre las opciones para la democratización de Cuba la búsqueda de burlar ese monopolio de la información respecto a los cubanos, es política sino fallida, incompleta. El bloqueo solo afecta a los cubanos, no al régimen que se mantiene a cualquier precio: nunca desviara un solo recurso dirigido al férreo control de la sociedad y la propaganda para invertirlo en comida o en ropa.

 No hay nada que pueda revertir la política del gobierno cubano, excepto el propio pueblo. Pero los cubanos carecen de voluntad política porque no tienen arsenal político al estar aislados durante 50 años. El fenómeno actual de la información, cosa natural en cualquier país fuera de Cuba, es un lujo del grupo de

 Poder castrista y eso tiene que comprenderse para explicarse por que los cubanos no se rebelan.

 El aislamiento a que están sometidos las figuras disidentes, imposibilitados de hacerse escuchar en ningún foro nacional o internacional, les resta valor y los desacredita y eso lo saben tanto estos valientes hombres y mujeres como el régimen pero parece no entenderlos quienes acá se jactan de duros. El pueblo cubano no cree en esos disidentes; los respetan por su valor, pero no confían. La desconfianza es otra arma en contra del cambio. La llana conclusión a que llegan respecto a estos disidentes es: o reciben dinero de los Estados Unidos o son del G2 encubiertos. Ese es el marco estrecho con que funciona la mentalidad política del cubano de a pie y eso no lo entienden las administraciones estadounidenses ni algunos activistas cubanos del exilio.

 En cuanto al más reciente exilio, salvo contadas excepciones, solo les interesa su familia, no el país. Todos piensan que el país está hundido, que la nación esta empobrecida de valores éticos y de dignidad y por ello la familia es la antípoda a este desgarramiento psicologico-sociologico. Salvando la familia de la catástrofe podrá reconstruirse al país en el futuro. Estas generaciones  han tenido que escoger entre huir del país y forjarse una nueva vida comenzando por el principio a permanecer aplastados. Y este el el grupo que se ha dado cuenta de su verdadera posición. Los mas ni siquiera eso; se hallan ante la encrucijada que la vida le ha deparado y se conducen con poca voluntad para el cambio. Son exceptivos, prefieren pensar que cualquier cambio será para empeorar y tratan de continuar “flotando”, con “doble moral”. Son generaciones que se aprovechan del descontrol, el desinterés de los demás y de todos y roban y especulan y mantienen una insobornable pereza. Ese es el verdadero mal de los cubanos: sobrevivir sin trabajar. El sistema ha creado el culto a la pereza, a la inactividad, a la inmovilidad.

 El caudillo caribeño nacido con el 1ro de enero de 1951 ha dejado pálido a Cicerón, pequeño al célebre Padrino siciliano, boquiabierto a Julio Cesar imperatori y en ropa interior al ministro Fouche. Ha sido perseverante en su egocentrismo y dirigido cada una de sus acciones en figuras del pasado histórico de la humanidad. He tenido la ocasión de sorprenderme al disfrutar la lectura de algún clásico como los citados y constatar la indudable influencia-por no decir copia fiel-de estos siniestros personajes en Castro.

 Jorge B. Arce

Acerca de la Ley de Ajuste Cubano.


Esta ley fue sancionada por el congreso a instancias de un grupo de congresistas republicanos que respaldaban los esfuerzos de los cubanos opuestos al régimen de La Habana. Pretendía brindar mayores facilidades migratorias a los sujetos que no podían permanecer por más tiempo en Cuba sin poner en peligro su integridad. Sus beneficios se extienden a todos los cubanos o de origen cubano estén donde estén y sufrió una modificación sustancial al implementarse la política de que sería aplicable a los que llegaran a tierra del territorio estadounidense y lo reclamasen.

De tenor con ese objetivo los que se sintieran atraídos a abandonar Cuba, contarían con un procedimiento exjuris que les permitiría aplicar y calificar para una residencia permanente en el término de un año y un día manteniendo hasta entonces es status de bajo palabra, lo que significa que el emigrante no podría confrontar problemas de infracción de leyes de ningún tipo porque se descalifica automáticamente.

Por otra parte, la ley sugiere un alentador estimulo para los que desearan probar suerte y alcanzar una nueva oportunidad en el país de las oportunidades, facilidad no gozada por ninguna otra nacionalidad en los Estados Unidos de América.

Pero ocurre en todo lo que se usa sin un control efectivo con vista a mantener los objetivos primarios, se distrofia, pierde el cauce y es alterado por ese empleo indiscriminado resultando en lo que el congresista David Rivera pretende transformar para reencausar.

 Al llegar aquí en este asunto es merecedor un enfoque más técnico, pues resulta que las ley, a la luz de la jurisprudencia, es considerada in abstracto un organismo vivo que al nacer, al ser votada por el órgano legislativo debe poseer el requisito primordial de Generalidad, así como Permanencia, Obligatoriedad e Impersonalidad. Sin embargo, debido al ímpetu del desarrollo de las relaciones entre los hombres, se producen cambios en las condiciones existentes a su movimiento que necesitan enmendarse para que no pierda como norma jurídica su aplicación. El caso es que en torno a este fenómeno se han producido dos hechos que contrastan con sus objetivos iniciales: L asignación de 20 mil visas anuales promedio a cubanos que pretender abandonar el país hacia USA, las cifras de reclamaciones de familiares y los éxodos que han tenido lugar masivamente conocidos como Camarioca, Mariel y el verano de 1994.

Si me preguntasen si todos los cubanos que salen de Cuba hacia USA con visa de Estados Unidos debido al sorteo de visas, resultado directo de las conversaciones migratorias US-Cuba, califican para la Ley de Ajuste Cubano, diría que es justo que califiquen debido a que toda esas personas emigran porque en Cuba el régimen impide la libre empresa, persigue y denosta por pensar y opinar distinto a la posición oficial y coarta las perspectivas profesionales de muchos por pensar distinto. Todos ellos son formas de persecución. Nadie quiere abandonar el terruño querido, lugares, amigos, familia, olores y reiniciar una nueva vida prescindiendo de todo eso. Todos quisieran realizarse en su tierra, pero el régimen planea tu vida desde que naces hasta que mueres: No hay opción individual; o te subordinas y le hacer el juego haciendo tu propio juego o emigras.

Esta encrucijada me hizo emigrar y también a otros miles. El no tener opciones, el tener que claudicar los ideales propios a los de una tiranía para salir adelante te recuerda la venta del alma al diablo.

Es cierto que determinadas personalidades de la historia han declarado que el ser humano es ciudadano del mundo y cosas así, pero también es cierto que es hijo de la tierra donde nace porque sus antepasados la defendieron y conquistaron para él, para que tuviera un sitio propio, dueño y señor de esa tierra conquistada a los enemigos.

Algunos emigrantes rechazan la Ley de Ajuste Cubano de forma más o menos abierta y se pronuncian que es discriminatoria. Esta deducción no es totalmente correcta. Cierto es que por ser cubanos no se merecen ese testamento privilegiado, pues aquellos también huyen y son perseguidos por paramilitares, guerrilleros de izquierda o el desempleo. Pero en ninguno de los casos, hasta el momento, otras nacionalidades son víctimas de una persecución político-ideológica al estilo de la policía política castrista, ni siquiera los chinos. De modo que el ingrediente ideológico presente en la Ley de Ajuste Cubano es dable a esa situación fáctica.

Ahora veamos la otra cara de la moneda. Para hacerlo más comprensible y no desvirtuar los argumentos, hay que analizarla a la vez del concepto ético-moral y del legal.

Si la discutida ley confiere el carácter de residente permanente de los Estados Unidos a las mencionadas categorías de cubanos, es legal y por tanto, amparado por la ley estadounidense ejercer el derecho inalienable de viajar a cualquier sitio _con las consabidas excepciones por materia de seguridad nacional_, lo cual significa que al poseerla puedo y tengo el derecho de viajar a Cuba. Este derecho podría ser modificable excepcionalmente para determinadas personas objeto de investigación federal, sospechosos de delitos o alguna otra categoría criminal y también pudiera aplicarse el hecho alineado a la mencionada seguridad nacional dado el carácter de encontrarse Cuba en la lista de países que brinda abrigo al terrorismo, lo cual es subsecuente a lo anterior y con la constante actividad de espionaje que abiertamente desarrolla La Habana contra objetivos estadounidenses.

La eticidad y la moralidad, así como la combinación de ambos respecto a determinadas situaciones, es la conceptuación base del comportamiento del individuo. Es la norma no escrita, de carácter natural conseguida a a través del largo proceso educativo- instructivo. Es lo que nos permite conducirnos como seres individuales en cada uno de los días de nuestra vida, respetando el derecho de los demás, que en consecuencia dejan un rastro muy personal. En atención a esta conclusión parcial cabe preguntarse si habiendo recibido el status jurídico de extranjero Residente Permanente con todos los beneficios que la ley estadounidense brinda a sus naturales, debido al hecho consustancial de habiendo sido y ser ciudadano cubano, presunta víctima de ataques del gobierno del país de origen por razones vinculantes a los derechos civiles refrendados en la Constitución de los Estados Unidos, es ético y moral,  viajar al lugar de donde huyo como víctima y fue declarado como Abandono Definitivo y confiscados todos sus bienes, acciones y derechos.

Yo pienso que no lo es.

 ¿Usted que piensa?

Jorge B. Arce.

Tierna conversación bajo los árboles.


Tierna conversación bajo los árboles.

En una tranquila villa campestre a las afueras de La Habana; sembrada con acceso a una sola calle de acceso prohibido; rodeada de altas cercas perimetrales, alambradas, luces, perros y custodios; bajo frondosos árboles frutales; reclinados en cómodos sillones con mullidos almohadones y acariciados por una  suave brisa vespertina, Fidel y Raúl conversan.

_Te lo dije, Chino, te lo dije, que esa era mi jugada maestra…bueno, una de las tantas jugadas maestras que vengo haciendo desde que triunfé en 1959 contra el sátrapa aquel de Batista.- le espeta en la cara a Raúl en tono de triunfo.

_A qué te refieres, Fidel?; contesta Raúl dubitativo.

_Al negocio de los inconformes, chico, coño, siempre estás en la Luna de Valencia. ( “Luna de Valencia” es un eufemismo que significa que la persona está rezagada en sus meditaciones, que es lenta de mente, etc. ).

_Sigo sin entender, Fidel, porque si de inconformes se trata hasta en nuestra familia los hay; -responde con tono de enseñanza el hermano menor.

Fidel se rasca la barba, que de barba solo le queda el nombre, se traga unas uvas y las “baja” con media copa de vino blanco. Observa meditativo el horizonte, que no puede ver porque se lo impiden las cercas perimetrales, los perros, las alambradas, los custodios y las jaulas de gallinas que crían para que el comandante tenga sus huevitos listos en la mañana. Se vuelve hacia su hermano y le silabea enfáticamente:

_Desde el principio, chico, desde Camarioca…los que se fueron con una mano a’lante y otra atrás. ¿No te acuerdas que le quitábamos hasta los anillos de matrimonio en el aeropuerto? ¡Los siquitrillados, Raúl! Luego la bomba del Mariel y más tarde lo del Malecón. Siempre sospeché que los americanos los recibirían y aflojarían los trámites de admisión para robarnos cerebros, porque hacen bien su papel de “buen samaritano”. –acota Fidel con aires de superioridad.

_Pero, Fidel, los yanquis siempre han dado abrigo a los huérfanos, no me vengas con eso, eh?- le riposta con un encabronamiento mal reprimido.

Fidel lo fulmina con la mirada de Comandante en Jefe, Presidente del Consejo de Estado, de Ministro, del Partido Comunista, etc., etc., pero al ver a su hermano sostenerle la mirada se acuerda que ya no es nada de eso. Se contiene y le desliza casi suavemente:

_Me refiero a que saldrían sin nada y regresarían a gastar el dinero que tienen que ganarse rompiéndose el lomo en Miami, cargados de gusanos con de todo. Y ese dinero viene a dar a nuestras arcas. Pero además, y eso no lo preví, dictaron la Ley de Ajuste Cubano que nos ha venido como anillo al dedo.

Raúl salta en su sillón literalmente y casi grita:

_ ¡Cómo que como anillo al dedo!, si se han ido casi dos millones de gente, Fidel!..

_Y qué, Chino, y qué, la mercancía salió casi gratis.- responde Fidel orondo.

_ ¿Qué mercancía?

_ ¿Pero es que no te das cuenta, chico,  acaso la Ley de Ajuste Cubano no sirvió para limpieza de opositores que teníamos a montones por  todos lados?- riposta con tono de vencedor el vencido por los años.

_Coño, es verdad, Fidel, es verdad. Recuerdo que siempre sospechabas y decías que los yanquis te estaban haciendo el juego sin saberlo y para impulsar la doble jugada lo único que hacía falta era acosar a los disidentes, a rendirle pleitesía a sus amos imperialistas; responde conciliador y con tono de tribuna antiimperialista el inseparable hermano menor.

_ ¡Déjate, déjate de actuar que estamos solos, coño! , no tienes que fingir.- le espeta el viejo maestro de las artes maquiavélicas y sigue entretenido buscando algo en sus fosas nasales.

Jorge B. Arce

lunes, 29 de agosto de 2011

Adeversarios políticos, no enemigos.



Los últimos días en Miami han estado cargados de la polémica surgida por la visita y concierto de Pablo Milanés. Como siempre que pone los pies en esta ciudad un sujeto que ha estado identificado con el régimen de La Habana, los ánimos se caldean inevitablemente, coexistiendo parciales al personaje y detractores que no olvidan esos lazos fervientes pero que tampoco quieren admitir que todos los hombres son libres de pensar y actuar.

No digo que haya que olvidar, es lógico que siempre que alguien se sienta o sea víctima de un proceso como el cubano, es genuina y legítimamente admisible su descontento cuando algún personaje vinculado directamente al régimen ponga los pies en Miami. Pero, por qué Miami?, por qué no ocurre similarmente en otros sitios? Definitivamente esta ciudad agrupa la mayor parte de los cubanos exiliados y ello implica que la factura sea muy variada cualitativamente además de cuantitativamente. Pero además Miami tiene una historia reciente estrechamente vinculada al exilio cubano. Este se inició aun antes del triunfo de la revolución de 1959, pero es a partir de esta fecha en que se desencadena el gran éxodo de cubanos de todas partes de la isla hacia esta parte de la Florida y miles de cubanos se asentaron en esta región con sus familias completas y otros hicieron sus familias aquí. Entonces Miami no era lo que es ahora, solamente una parte del centro y las playas gozaban de superestructuras. El resto no estaba conformado como ciudad metropolitana y abundaban los pastizales del ganado, humedales y brazos de las Everglades.

Con el trabajo de los exiliados cubanos y otros, la geografía de la región ha cambiado y han surgido nuevas ciudades residenciales e industriales. Eso es innegable. De manera que el exilio cubano considera a Miami como propio de forma moral, como la “otra isla” al no poder disfrutar de la grande.

Este sentir está asociado al rechazo que una parte del exilio expone cuando se produce una visita como la de milanés aunque algunos se empeñan en distorsionar esa realidad y mostrar al exilio, con el nombre de histórico, como un exilio activo pasado de moda.

No estoy de acuerdo con esta posición. Ciertamente en los últimos años, debido al imparable éxodo de cubanos hacia esta región, llegan cubanos que son fruto de la sociedad imperante en Cuba. De modo que no puede esperarse que reaccionen igual a los primeros. No hay que olvidar que la plataforma propagandística diseñada por el régimen y activa desde hace 50 años, se encarga de tergiversar la realidad histórica imprimiéndole un giro estrictamente diseñado para sus intereses. Esos cubanos arribados en fecha más reciente no se manifiestan de manera similar porque sus intereses y conceptos no son iguales. No deben culparse porque son el resultado del soporte instructivo-metodológico imperante en los sistemas de educación. Haría falta un tiempo razonable para que estos nuevos emigrantes disfruten de la oportunidad de informarse, comprobar, comparar y alcanzar el acceso a la verdad de una manera razonada, no impuesta. Entonces las reacciones deberían cambiar indiscutiblemente.

El Sr. Carlos Alberto Montaner, periodista, crítico, escritor y ensayista cubano publico recientemente una escrito en El Nuevo Herald acerca de la visita y concierto de milanés. En el mismo resaltaba una cuestión muy importante: Que Milanés había declarado públicamente su rompimiento con el régimen; que aceptaba la pluralidad y las diferencias dentro de una sociedad sin la necesidad de considerarlos enemigos y que no ha dejado de ser comunista, que está comprometido con el Socialismo aunque no está dispuesto a callar ante las cosas mal hechas.

El análisis de este punto es importante porque en un proceso de cambios y transformaciones como el iniciado en la isla en 1959 y centro de América Latina durante los años 60’-70’, con una efervescente sociedad comprometida con misiones en el exterior a nombre del Internacionalismo Proletario, no debe sorprender que miles de personas se hayan comprometido de todo corazón con las tareas de la llamada revolución fundamentalmente en el ámbito social.

Creo que el hecho de que una persona se haya comprometido honradamente con las tareas de esa revolución sin llegar a cometer ningún tipo de delito, no puede ser reprochado porque el compromiso fue a tenor con el  criterio y certeza de que los esfuerzos estaban siendo hechos en la dirección correcta. Al decir de Montaner, Montaner y otros miles de cubanos no son enemigos, son adversarios políticos con los que habrá que convivir en la nueva Cuba.

Jorge B. Arce

viernes, 26 de agosto de 2011

Relatividad de la Verdad.


Rechazo el periodismo aciago, inclinado a un solo lado de la balanza; casual, llamativo, aprovechado, oportunista, altisonante; el que mira con un solo ojo y escucha con un solo oído. Por entrenamiento soy un adicto a las noticias; las busco en la prensa plana, en la TV, en la Internet y hasta conversando con los amigos y desconocidos. Sigo los artículos de varios columnistas de El Nuevo Herald y siento natural inclinación por unos o otros dependiendo de que ejerciten o no los patrones que escribí up supra. Por eso se que algunos retoman el mismo tema más de una vez pero sólo presentan una cara de la moneda. Hace sólo tres días apareció el artículo del columnista Sr. Jorge Ramos, periodista latino de renombre en el Sur de la Florida, en el que más que presentar la noticia vertía su opinión personal por el desangrado tema social de los inmigrantes ilegales; _por cierto, apelativo que combate ferozmente en el propio defendiendo una posición absurda que de soslayo presenta el verdadero yo del Sr. Ramos sobre este candente asunto_. El Sr. Segundo J. Lamas, _a quien no tengo el placer de conocer_, se encargó de ponerles los puntos sobre las íes en su “opinión” de hoy 28 de julio de 2010, al recordarle al Sr. Ramos que se necesita no olvidar el Diccionario de la Real Lengua Española aunque su uso debilite la posición que se quiere defender a ultranza, al referir que “inmigrantes ilegales” es el término correcto y explicar por qué, lo cual no es necesario que repita. Pero el punto de mi opinión es pedirle al articulista que se esfuerce por presentarnos un artículo similar pero con la diferencia de hacerlo especificando qué y cómo piensan los que apoyan y propugnan normas legales similares a la cuestionada en Arizona. El hecho de que lo haga no lo va a colocar automáticamente de un lado u otro del “río”, simplemente demostrará lo que es capaz como periodista responsable al influir negativa o positivamente en sus lectores pues no puede olvidar esa responsabilidad aunque defienda los derechos de sus compatriotas que cruzan ilegalmente los límites fronterizos de otro estado soberano, se introduzcan en él, residan, trabajen, envíen las remesas a sus familiares; salen a la calle a protestar contra el gobierno local o federal porque no se hacen cosas como les conviene; conciben hijos sin la sombra de estabilidad social o económica sólo por el deseo de alcanzar que logren la ciudadanía por nacimiento y les sirva como pasaporte y hasta los envíen en un autobús a Washington a protestar también contra las deportaciones y se conviertan en material para que otros periodistas publiquen sus artículos censurando al gobierno federal o estatales por no hacer nada para evitar que los padres sean separados de sus hijos y eviten, en todo momento, particularizar y profundizar en por qué un hombre y una mujer supuestamente responsables del futuro de su propia familia, conciban hijos sin la esperanza de asegurarles un futuro seguro. Caramba, con ese objetivo abandonaron sus países de origen, para lograr estabilidad económica a su familia; entonces merece preguntarse si no sería mejor todas esas zozobras en aquél y no en uno extranjero. Para hacerlo estarían obligados a citar estadísticas pero que refuerzan los intereses de los que apoyan esas deportaciones como las de “Secure Communities”, (El Nuevo Herald, 27 de julio de 2010, pag. 8a, “Polémica por plan para tomar huellas a inmigrantes”. Sobre todo en sus dos últimos párrafos, donde aparece que entre el 27 de octubre de 2008 y mayo pasado, casi 2,6 millones de personas han sido sometidas a la prueba de toma de huellas dactilares y de ellas, casi 35,000 fueron identificadas como “inmigrantes ilegales” que tenían prontuario policial por delitos graves como asesinato y violación. Qué le parece? Acepta profundizar en el tema ?.
Jorge B. Arce
Cuando un espacio televisivo, radial y en menor medida la prensa escrita, aborda un tema que alude a la tragedia de los cubanos, los que intervienen, sean analistas, políticos, escritores, periodistas, expertos conocedores del arte o las ciencias, retirados de trabajos con el gobierno federal, invitados, cualquiera, todos, por supuesto que de origen cubano, con más o menos años vividos fuera de la isla, recién llegados por haber cruzado el estrecho en un bote o por ganarse el sorteo o por haber sido liberado de una mazmorra del gobierno cubano; o algunos que hayan estado vinculados a la ocurrencia de un hecho tan relevante como para convertirse en noticia, tienen algo en común: hablan con la convicción de expresar solidariamente el criterio de otros y sobre todo, del exilio cubano.

Observo este ir y venir de ideas, opiniones, declaraciones desde mi posición de cubano, por supuesto, lo cual quiere decir que estoy inevitablemente incluido en el análisis que sostengo en este escrito, y como quiera que tuve la oportunidad de leer dos ensayos del genial Jorge Mañach acerca de la personalidad, temperamento, costumbres, choteo, apasionamiento e ira, etc. del nativo de la mayor de las Antillas, más me convenzo de que sus observaciones eran inobjetablemente de puntería.

En mis tiempos de residir en Cuba chocaba con la permanente problemática del acceso a la libre información y documentación. La que encuentras por lo general lleva la impronta, sino la firma, de una entidad oficial, lo que virtualmente la convierte en no confiable totalmente, o al menos, no probada si le das el beneficio de la duda. Pero cuando encontré la libertad de que gozo aquí y el acceso a la información, tantas veces añorado, tengo la posibilidad de hacer un mini examen de ese carácter de la cultura de los cubanos como nación. Hoy a más de 50 años de escritos esos libros, constato su increíble objetividad y originalidad _sólo Don Fernando Ortiz se le adelantó en algunos aspectos de la descripción del cubano como ente pico-cultural_ y atribuyo a este triste lastre de nuestra estructura idiosincrática que arrastramos los que “venimos de allá”, para justificar nuestro carácter alegre y frívolo; apasionado y pusilánime; acogedor y reticente entre otras, que nos marcan tal vez bajo la influencia de mulatas y ron, sol y salitre, guarapo y tabaco, para considerar que debemos abstenernos de hablar a nombre de los demás cubanos, estén donde estén, porque nuestro propio carácter nos impide conocernos a nosotros mismos. Una prueba de ello la tuvimos recientemente.

No somos los que teníamos millones en la Cuba republicana, ni los de Camarioca, ni los de los Vuelos de la Libertad o Peter Pan, ni los del Mariel, ni los de Guantánamo o los del Bombo. No somos los que votamos por Batista o vendimos bonos del 26, nos detuvieron y pusieron a barrer calles en un acto de bochorno o los que nos alzamos en el Es cambray o invadimos a Cuba por Bahía de Cochinos; tampoco somos los presos políticos liberados por presiones internacionales; no somos los que apoyamos a Fidel Castro contra los casquitos o la guardia rural; no somos los guajiros de la Sierra que alimentamos a los rebeldes alzados o sus hijas violadas por algunos; no somos los fusilados sin juicio sólo por la férrea disciplina del alzado de la Sierra Maestra; no somos los que vestimos el uniforme del ejército o la policía de Castro o los que combatimos en África; no somos los que soportamos al régimen ante el mundo cuando marchamos por el malecón contra el gobierno de los Estados Unidos. Tampoco somos los que impedimos tratos y soluciones en el pasado cuando ideamos las constituciones de La Mejorana o Jimaguayú; tampoco los que permitimos que los colonialistas españoles apresaran y asesinaran a Carlos Manuel de Céspedes al negarle escolta después de ser depuesto; no somos los que bloqueamos arreglos entre grandes como Martí, Gómez y Maceo en cuanto al carácter del gobierno que necesitaba la isla en armas, antesala de la muerte del primero en sacrificio supremo de ofrendar su propia vida para que comprendiéramos la insensatez de algunas posiciones; no somos los que propiciamos las derrotas de la Guerra del 68, la Chiquita y la del 95. Los más valientes no son los que están allá o acá; tampoco valen más los que fueran públicamente desafiantes al régimen que otros que conspiraron a oscuras o que emigraron para preservar su vida y la de su familia. No es de menor valor el que aún vive allá y tiene un concepto equivocado de los que viven acá o por el contrario, el que cruzó el estrecho para probar algo en lo que no cree y termina tras las rejas acá.

Somos todos esos y no lo somos a la vez. Lo importante es no perder la conciencia de quiénes somos y qué queremos; entender hacia dónde vamos y conseguir una opinión y criterio propio aún cuando se corra el riesgo de estar en el lado equivocado. Lo importante es defender eso que creemos y pensar de una buena vez con nuestra propia cabeza, no esperar a que nos dicten mandatos, encargos y citaciones. No dejarse arrastrar por brillos y apariencias porque la historia cuenta.

Venimos del mismo lugar, una pequeña isla en el Caribe. Hablamos y reímos con un natural desparpajo, eso no nos hace peores o mejores. Así somos aunque hayamos conquistado un título en Harvard. No perdamos la identidad pero no cedamos nuestra individualidad a esa identidad. El creador nos hizo blanco de lo más preciado como seres humanos y nos hizo a su imagen y semejanza. Nos dio la libertad, pero la libertad de pensar que es inalienable, es patrimonio de cada uno y eso hay que defenderlo constantemente. De modo que cuando alguien hable en nuestro nombre, aunque el tema no nos importe, nos está sustrayendo algo que es nuestro y la pasión que nos anima como idiosincrasia debe brotar y protestar por el derecho pisoteado.

Jorge B. Arce

El reportel y la intención no declarada.

En primera plana de El Nuevo Herald (miércoles 13 de julio de 2011), el reportero Alfonso Chardy relata los hechos ocurridos en torno a la parada temporal por un oficial de la policía del condado Dade de un vehículo conducido por Javier Reyes y Christine, la que sería su esposa. El reportero consigue entrevistar a la pareja, a la abogada Grisel Ybarra y al Sr. Álvaro Zabaleta, vocero del departamento de la policía del condado. El texto íntegro refiere que la Sra. Christine Reyes, experimentó sentimientos de miedo durante la breve detención del vehículo en que viajaba y mientras que el oficial le solicitaba los documentos de identificación porque, según ella, temió que supiesen que su estado es ilegal pues permanece en el territorio de los Estados Unidos a pesar de que se venció su visa de turista que le fuera emitida en su país de origen. Agrega que fue amenazada por el mismo quien la increpó de posible arresto sino conseguía un documento legal de identificación en el estado.
Otra de las partes que han intervenido en este asunto reportado, es la abogada designada por el matrimonio para encargarse de tramitar la solicitud de residencia de la joven, por la vía de su esposo, una persona cubanoamericana. Ella le declara al reportero que no existe ley que permita a la policía solicitarle documentos de identificación a un pasajero de un vehículo y añade que el caso expresa una típica situación de perfil racial, puesto que los rasgos fisonómicos de la Sra. Reyes, son asiáticos y el oficial debió sospechar de que se trataba de una inmigrante indocumentada.
El vocero de la policía del condado refiere sucintamente, que la policía generalmente puede solicitar identificación a pasajeros sin más argumentos.
Y por último los activistas defensores de los derechos de los inmigrantes expresan que el debate nacional sobre las leyes migratorias ha creado una situación de fricción que ha producido que la policía se comporte con mayor agresividad.
A simple vista este pequeño incidente es eso: Un simple incidente, pero a tenor con el estado de opinión pública que ha generado la situación de pasividad del gobierno federal y el congreso ante la existencia de alrededor de catorce millones de indocumentados, además de todo el debate generado por las acciones de unos y la inacción de otros y el decir de otros muchos, lo convierte en algo más importante. Como sabemos, el Sur de la Florida es una región donde ha fecundado la inmigración de latinos y también de un buen por ciento de asiáticos; es el asentamiento de latinos más creciente de toda la nación. Tal hecho implica la suposición de que un elevado por ciento de las agencias federales, estatales y citadinas estén compuestas por descendientes de inmigrantes y que éstos mantendrían una actitud más pasiva ante este fenómeno. De modo que la conducta de este oficial de policía_ sin que pueda argüir que es un descendiente de inmigrante, aunque lo presumo_, resalta la atención del hecho porque imagino que en cumplimiento de sus funciones que incluye la seguridad de los ciudadanos, le haga saber o le recuerde a la Sra. Reyes, que es su obligación portar un documento de identificación acreditado. Esto no es desacertado, sino pongamos de ejemplo a los residentes que vienen por ley obligados a portar su tarjeta de residencia. El agente Zabaleta no amplió sus declaraciones porque compromete una presunta y futura investigación ante la remota posibilidad de ser demandado el oficial y el departamento, pero recuerdo que la situación fáctica que enfrenta un oficial de la policía durante el cumplimiento de sus funciones, le permite tomar determinadas decisiones que le permitan asegurarse de que la misma no compromete la seguridad de los demás. El manejo de esa situación es aprendida y entrenada por éstos durante su aprendizaje y profesionalización. Es la duda razonable y puede ser detallada ampliamente.
La Sra. Reyes sintió temor _y le creo_, porque tiene algo que ocultarle a las autoridades acerca de su infracción legal, lo que la convierte en un sujeto de interés para las agencias correspondientes con las consiguientes consecuencias que conocemos desde la detención, traslado, sometimiento a juicio de juez de inmigración hasta la deportación. Su temor no fue producido por la conducta del agente del orden, sino por su propio estatus de franca ilegalidad voluntaria.
En cuanto a la abogada que declaró a la prensa lo antes expuesto, pienso que le he contrapuesto una situación de hecho que permitiría decidir al oficial que no está respaldado por una ley expresa y anterior al hecho pedirle documentos de identificación a una persona que piensa puede ser sospechosa de un acto ilegal, o mantener una postura que haga pensar de que oculta algo o está situada en una situación comprometedora. Ignoro lo que motivó al oficial para exigirle la exhibición del documento de identificación aunque podría sugerir cualquier idea. Lo paso por alto.
Los activistas defensores de los inmigrantes y sus derechos, utilizan la oportunidad para emplear el lenguaje que han expuesto antes, que entre otras cosas, crece la mala intención en contra de los inmigrantes, lo cual pongo en duda rotundamente. La policía puede actuar agresiva o pasivamente ante una situación determinada, ello depende de lo que exijan las circunstancias y el protocolo que están obligados a utilizar para conducir un examen de rutina o enfrentar a un sujeto armado; no es óbice. Esa declaración lejos de proteger a los inmigrantes de abusos de autoridad policial, obtiene un mayor resentimiento de algunos oficiales que subconscientemente comienzan a considerar “dos bandos” en su trabajo diario, pues pocos son los que no nos defendemos o reaccionamos cuando nos atacan de alguna forma. Si los activistas piensan, y han alcanzado esa opinión de manera científica, que los policías están siendo abusadores, entonces el camino para defender a ese sector de ello es acercándose a la policía y no manteniendo distancia, porque tendrían la oportunidad de probar sus puntos de vista. Los ataques en esta forma, sin disponer ni indicar en qué se basan para sostenerlos, no conducen a nada productivo.
El hecho reportado no alcanza como noticia la primera plana de uno de los dos diarios en idioma Español de esta región, sin embargo, allí ha sido situado, por lo que me veo obligado a pensar de que refleja la forma de pensar de la redacción respecto a este tema lo que implica su propósito de suscitar determinado estado de opinión.
Jorge B. Arce