viernes, 26 de agosto de 2011

Relatividad de la Verdad.


Rechazo el periodismo aciago, inclinado a un solo lado de la balanza; casual, llamativo, aprovechado, oportunista, altisonante; el que mira con un solo ojo y escucha con un solo oído. Por entrenamiento soy un adicto a las noticias; las busco en la prensa plana, en la TV, en la Internet y hasta conversando con los amigos y desconocidos. Sigo los artículos de varios columnistas de El Nuevo Herald y siento natural inclinación por unos o otros dependiendo de que ejerciten o no los patrones que escribí up supra. Por eso se que algunos retoman el mismo tema más de una vez pero sólo presentan una cara de la moneda. Hace sólo tres días apareció el artículo del columnista Sr. Jorge Ramos, periodista latino de renombre en el Sur de la Florida, en el que más que presentar la noticia vertía su opinión personal por el desangrado tema social de los inmigrantes ilegales; _por cierto, apelativo que combate ferozmente en el propio defendiendo una posición absurda que de soslayo presenta el verdadero yo del Sr. Ramos sobre este candente asunto_. El Sr. Segundo J. Lamas, _a quien no tengo el placer de conocer_, se encargó de ponerles los puntos sobre las íes en su “opinión” de hoy 28 de julio de 2010, al recordarle al Sr. Ramos que se necesita no olvidar el Diccionario de la Real Lengua Española aunque su uso debilite la posición que se quiere defender a ultranza, al referir que “inmigrantes ilegales” es el término correcto y explicar por qué, lo cual no es necesario que repita. Pero el punto de mi opinión es pedirle al articulista que se esfuerce por presentarnos un artículo similar pero con la diferencia de hacerlo especificando qué y cómo piensan los que apoyan y propugnan normas legales similares a la cuestionada en Arizona. El hecho de que lo haga no lo va a colocar automáticamente de un lado u otro del “río”, simplemente demostrará lo que es capaz como periodista responsable al influir negativa o positivamente en sus lectores pues no puede olvidar esa responsabilidad aunque defienda los derechos de sus compatriotas que cruzan ilegalmente los límites fronterizos de otro estado soberano, se introduzcan en él, residan, trabajen, envíen las remesas a sus familiares; salen a la calle a protestar contra el gobierno local o federal porque no se hacen cosas como les conviene; conciben hijos sin la sombra de estabilidad social o económica sólo por el deseo de alcanzar que logren la ciudadanía por nacimiento y les sirva como pasaporte y hasta los envíen en un autobús a Washington a protestar también contra las deportaciones y se conviertan en material para que otros periodistas publiquen sus artículos censurando al gobierno federal o estatales por no hacer nada para evitar que los padres sean separados de sus hijos y eviten, en todo momento, particularizar y profundizar en por qué un hombre y una mujer supuestamente responsables del futuro de su propia familia, conciban hijos sin la esperanza de asegurarles un futuro seguro. Caramba, con ese objetivo abandonaron sus países de origen, para lograr estabilidad económica a su familia; entonces merece preguntarse si no sería mejor todas esas zozobras en aquél y no en uno extranjero. Para hacerlo estarían obligados a citar estadísticas pero que refuerzan los intereses de los que apoyan esas deportaciones como las de “Secure Communities”, (El Nuevo Herald, 27 de julio de 2010, pag. 8a, “Polémica por plan para tomar huellas a inmigrantes”. Sobre todo en sus dos últimos párrafos, donde aparece que entre el 27 de octubre de 2008 y mayo pasado, casi 2,6 millones de personas han sido sometidas a la prueba de toma de huellas dactilares y de ellas, casi 35,000 fueron identificadas como “inmigrantes ilegales” que tenían prontuario policial por delitos graves como asesinato y violación. Qué le parece? Acepta profundizar en el tema ?.
Jorge B. Arce

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