jueves, 21 de febrero de 2013

Pedaleando a vapor: Failure copy.

Pedaleando a vapor: Failure copy.: Failure copy.   El Sr. Presidente de Bolivia Evo Morales es un individuo que ascendió al poder político de su país de manos de veric...

Failure copy.


Failure copy.

 

El Sr. Presidente de Bolivia Evo Morales es un individuo que ascendió al poder político de su país de manos de vericuetos de huelga y revuelta. Su pasado es oscuro, pues se destacó como líder vociferante de jornaleros que se ocupaban de sembrar y cosechar las plantas de Coca, por lo que eran conocidos como “cocaleros”. Los delineantes de su trayectoria más audaces lo definen como un “incendiario” de pasiones de grupos de indígenas de la altiplanicie boliviana, ocupados más en llevar comida a sus casas que en avatares políticos. Pero, letrado en esos caminos de encender pasiones ocultas, se dio a la tarea de ocupar las mentes de esas gentes con ideas de la Madre Naturaleza, el Socialismo del Siglo XXI, los Comandos de la Altiplanicie y toda otra serie de “programas de liberación nacional y lucha contra el imperialismo yanqui, más conocido actualmente como “el imperio”, pseudónimo colocado por su compinche Chávez para distraer la mente de la gente nueva de Castro que fuera el que bautizara a Estados Unidos con el primer apelativo.

Creo que estos no andan muy descaminados en sus apologías pues el Sr. Morales durante el tiempo de su mandato presidencial ha dado muestras de que no congenia mucho con el cuerpo legal de su país. Pues resulta que para descubrir que la filosofía propia se antepone al cuerpo vigente, el presidente ha de fijarse un derrotero desigual al ideológico que da base al instituido, es decir, una doctrina distinta, y a partir de esta otra perspectiva, descifrar esas diferencias. Ello debe nacer a partir del estudio pormenorizado de la nueva doctrina para entender las diferencias, lo pro y los contra. ¿Es esto lo que ha hecho este señor? Bueno…pienso que inobjetablemente el devenido presidente boliviano disiente de la base institucional democrática del estado del que se hizo cargo como primera figura a partir de la otra y única alternativa ideológica del poder político: el Comunismo o el Socialismo.

Que ¿cómo adquirió esta convicción de hacer lo posible por desinstalar el estado tradicional democrático?...pues nada menos que desde sus andanzas como cocalero revoltoso y codeándose con obstruccionistas de carreteras, caminos, armadores y organizadores de huelgas campesinas y de algunas clases de otros jefes de estado vecinos. Para algunos es un inadaptado, un anarquista que se esconde en sus orígenes de indígena del altiplano como escudo.

Desde que sumiera el primer cargo, Morales se ha caracterizado por ignorar los protocolos de su cargo e investidura y se jacta de presentarse en cualquier ceremonia pública con disfraces propios de una fiesta de carnaval. Pero este proceder no es ocioso, no. Si miras a la historia, cada líder ha tenido un ardid emblemático para llamar y atrapar la atención de los que pretende dirigir. Las botas y la casaca militar de Stalin; la casaca militar y la gorra de Mao; el uniforme verde olivo militar y su rifle de mira telescópica de Castro; el uniforme militar y la boina roja de paracaidista de Chávez; las guayaberas nicaragüenses; las camisas sin cuello o cuello chino con bordados en la solapa de origen ecuatoriano. ¿No es así? Como entonces Evo se va a quedar detrás? Dispuso que usará siempre el sweater tejido con lana de alpaca y su cerquillo cocalerito, para demostrar que no es menos, a pesar de que algunos cabrones jefes de estado en ciertos eventos, se ríen de él a sus espaldas.

Pero este proceder no solo lo distancia del proceder normal del protocolo de un jefe de estado; no. Te está diciendo que todo eso le importa un pito. Bueno, es un asunto de los bolivianos que se lo permiten. Al parecer, es uno de los intocables. Si se tratara de otro país y no de Macondo, algún que otro asesor o un miembro del congreso, le llamaría la atención al respecto para que se acogiese al buen vivir. Pero en el caso que nos ocupa, Evo, no procede, pues Evo se ha rodeado de una aureola de INTRANSIGENCIA e INTOLERANCIA, lo que es sinónimo de HAGO LO QUE ME DA LA GANA Y NADIE PUEDE DECIRME NADA PORQUE SOY EL PRESIDENTE QUE USTEDES ELIGIERON PARA QUE LOS REPRESENTE. ¡Qué problema!

Lo que más resalta de su trayectoria como primera figura del país, es la resistencia a patrones reconocidos por el propio pueblo que representa y por una tenaz búsqueda de vericuetos legales y no tan legales o parcialmente fabricados, para “sacar” de circulación a sus más acérrimos opositores. La amenaza, la extorsión y otros métodos nada ortodoxos son empleados en los casos en que el adversario es seguido considerablemente por simpatizantes que colocan en peligro la política oficial. El objetivo es gobernar sin disidencia ni oposición, vaya…como el capataz de la finca, arreando vacas.

Este comportamiento del jefe de gobierno, el que practica futbol de manera poco caballerosa con sus subordinados, no es casual; cumple un patrón de acceso al poder y su sostenimiento que otros han estrenado con mucho éxito.

Sus esfuerzos por mantenerse a la par de sus ídolos ideológicos lo convierten en una grotesca caricatura que muy poca gente ignora pero que sus allegados admiten por razones obvias.

Uno de los últimos episodios que ilustran estas particularidades del presidente Evo, es el enfrentamiento que mantiene con el poder judicial, que no es tan independiente como debiera_, en lo concerniente a que el tribunal constitucional bolivariano fallara anulando algunos artículos de la ley conocida como de Autonomías y que incapacitaban a determinadas personas por la autoría de ciertos actos, para acceder a cargos públicos. Don Evo no admite ese fallo, se desentiende del mismo y lo declara sin ambages. Es claro, para este señorito, la teoría de independencia de los poderes no existe en Bolivia, en lugar de acatarlo respetando y reconociendo el mandato soberano inherente a dicho tribunal en materia tan susceptible como la constitucional.

Otro de los capítulos recientes es la pugna en política exterior con el gobierno chileno, no solo por la inalterable y desentendida posición vista de no acatar acuerdos entre ambos países pactados con anterioridad y plenamente vigentes respecto al acceso boliviano al océano, sino que la captura y arresto por autoridades chilenas de dos militares bolivianos, armados y después de haber penetrado en territorio del vecino país, le ha servido de tribuna para despotricarse y amenazar a Chile, ignorando lo que es obvio: Una violación de la soberanía territorial del vecino país por militares armados, pretendiendo que Chile admita como indiscutible sus alegatos de que los mismos perseguían a criminales chilenos que penetraron a su vez en Bolivia.

Sean ciertos o no los argumentos de las partes, el gobierno boliviano debe admitir la legalidad del acto chileno en su deber de proteger sus fronteras, y la inalterabilidad del debido proceso en contra de los sospechosos. Un presidente con ánimo de encaminar unas relaciones verdaderas de buen vecino con Chile, se ocuparía en proveer al actuante, de toda la ayuda necesaria para viabilizar la pesquisa pericial y judicial. Evo no. Evo le agrada reunir un grupo de cocaleros en medio de una loma y vociferar pestes contra Chile. Evo sabe que le beneficia a su gestión (o deberíamos decir INGESTION), mantener los ánimos exaltados a modo de cortina de humo para ocultar las kakitas principales de su estilo de gobernar al estilo de los que obstaculizan la circulación por carreteras mediante barricadas. Es eso lo que sabe hacer muy bien el Sr. Presidente.

Pero si a usted, estimado lector, no le bastan estos argumentos sobre el pintoresco presidente Morales, sepa que hace apenas unas horas, en medio de uno de esos discursos incendiarios que tan bien ha aprendido a pronunciar contra todo lo que huela a democracia, dio a conocer que nacionalizará ( o ya lo hizo), la empresa SABSA, una filial de las aéreas Abertis y Aena, ambas de capital español, justificando el acto en el hecho de que desde hacer 3 años su gobierno pretende imponer (eso no lo dijo, sino que “negociaba” con los ibéricos para que modernizaran con nuevas inversiones a SABSA, pero no lo lograron. Argumentando que la decisión estaba tomada previamente pero el ex Zapatero le había pedido considerarlo y tratar de negociar con los congéneres.

Los gallegos tienen fama según los cuentos callejeros de ser estúpidos, pero realmente no lo son. ¿A cuál de ellos se le ocurriría invertir más capital en una empresa con base en un país como Bolivia-Macondo, del que su primer mandatario andan en pulovitos tejidos en medio de encuentros de etiqueta?.. ¿Sabiendo que cuando le da una rabieta porque Chávez no le ha enviado el cheque o el avión con petróleo, la coge lo mismo con el vice, que con la secretaria con trenzas o con el perro del que limpia el despacho. O en el mejor de los casos, se pone a jugar futbol dando codazos y patadas a diestra y siniestra como si los jugadores fueran de goma? Lo dudo que haya un empresario loquito con su dinero invertido en Macondo…digo, en Bolivia.

De manera que la nacionalización es un castigo a los dueños de SABSA por no hacer lo que Evo quiere: Modernizar y luego, darle el palo nacionalizador… ¡No es tonto el indito! Ahora tiene a SABSA sin modernizar con dinero gallego y sin dinero boliviano para hacerlo. Entonces, ¿para qué nacionalizó? Que yo sepa, SABSA no genera ni el 1 % del PIB de Bolivia, ni es una fuente de recursos naturales que se roban los españoles a sus legítimos dueños; todos ellos verdaderos argumentos que sostienen una nacionalización, como la del petróleo mejicano, por ejemplo.

 Ahora tiene dos problemas. Uno, administrar SABSA que seguro le cambiará el nombre y le pondrá…digamos…BoliAir, AirBoli, AirAlpac o cualquier otro que obtenga de sus brujos asesores que se comunican con señas con la Madre Tierra y le dicen al oído lo que es mejor o peor para los bolivianos; y otro buscar quien le preste el dinero para hacerlo a cuenta del país endeudándolo.




Pero, a fin de cuentas, ese es el presidente que eligieron los bolivianos. No sé por qué me recuerda a otros.

miércoles, 6 de febrero de 2013

Me opongo a esa hipócrita intención.


Me opongo a esa hipócrita intención.

 

Es bueno el cambio. Por ahí dicen que si quieres que todo siga igual debes cambiar las cosas.

 

El cambio presupone disputa y la discusión supone pasión, lo que es lo mismo a interés por el tema en cuestión. Nadie discute sobre un asunto si no siente pasión, amor. Me gustan las gentes que pretendan cambiar porque el cambio sugiere mejora y las cosas no andan totalmente bien en casi ninguna parte. Nada es perfecto.

 

Pero con la misma pasión que amo el cambio, odio a todo el que pretenda hacer un cambio en mis dominios, en lo que me pertenece. Poner los pies en el umbral de la casa de mi vecina Juana y después del habitual saludo sugerirle que los cuadros colgados en una de las paredes están fuera de contexto, supongo signifique para ella algo así como un puntapié en el estómago o le recuerden los deseos de vomitar y al final unas ganas irresistibles de echarme a la calle.

 

Así supongo han de sentirse algunos americanos,_ ¿digo algunos?_,creo que fui demasiado conservador… ¿por qué?, pues porque los latinos venidos desde el Sur, la mayoría de nosotros, el resto del Este y el Oeste, y colocado un pie en esta hermosa tierra, comienzan a:

 

-Observan con reservas la celebración del Día de Brujas, por ejemplo. Dicen ellos: _”…mira a los americanos estos que mal gusto tienen disfrazándose de los personajes más grotescos y asesinos creados por Hollywood para correr con los niños a pedir golosinas de puerta en puerta…no los entiendo, ¡Por Dios!, si pudiera prohibía eso!”.

 

-“_ ¿Qué te parece, Susana, la semana próxima como es el Día de Acción de Gracias, nos reunimos las dos familias y formamos una cumbancha a todo meter en la playa, bajo las caletas? Asaremos un lechón. Sería muy divertido.”

 

-_” Aprovechemos que ahora somos muchos en la junta de vecinos, y presentemos una moción para que se prohíba colocar todas esas luces e imágenes relacionadas con la Cristiandad. En un final aquí todos los que vivimos no somos cristianos.”

 

-“_Nuestros niños apenas entienden el Inglés y los mayores muchos menos, por eso el himno americano lo cantan tan mal. Debemos  discutir y proponer que se cante el mismo en español y así demostramos que nos interesa la letra del himno. En las escuelas podríamos cantarlos con los estudiantes en la mañana, reunidos en el patio, antes de clases; como en Cuba. Eso me traer dulces recuerdos.”

 

Y como estos modestos ejemplos extraídos del diario vivir hay muchos más, pero el espacio apremia.

 

Como claramente sugieren estas situaciones de ejemplo, las personas que idean, promueven, defienden o revolucionan criterios como estos, carecen de un mínimo de dosis de respeto. ¡Sí, de respeto! Es lo mínimo de los sentimientos que deben exponerse como reciprocidad a una nación que no es la propia, que nos ha acogido como a sus propios hijos y que, de paso, sus leyes defienden y no se oponen a las nuestras.

 

Es que, en mi opinión, el mínimo gesto de reciprocidad a este país por acogernos como “perseguidos” de algo, es mostrar nuestro agradecimiento con respeto. Lamento expresar este criterio tan crudamente, pero me decepciona el comportamiento degradante de nuestra cultura ibero-americana cada día cuando estoy ahí afuera.

 

Como emigrantes que huimos de nuestros países de origen, lo menos que podemos hacer por los ciudadanos estadounidenses, que son realmente quienes toleran nuestra conducta cuando es impropia_, es mostrarnos agradecidos y hacendosos por abrazar la cultura nacional, empeño muy importante para cualquier emigrante. No hay razón para exhibir propósitos reflejados en alguna que otra publicidad televisiva como aquel que reza:

 

“Los hispanos le estamos cambiando el rostro a América.”

 

¡Yo digo NO!, no quiero que le cambien el rostro a Estados Unidos. ¿Cambiarle el rostro a los Estados Unidos?, ¿por qué?; ¿quién nos han concedido la gracia de poder hacer algo así?; ¡Dios no fue, a Dios le encanta América Yanqui!

¿Cuál ha sido la historia sociocultural nuestra antes de arribar a tierras americanas como emigrantes? ¿Acaso poseemos una superior a la de Estados Unidos? ¿Cambiar?... ¿qué se supone signifique eso? Lo veo un poco populista y cuando menos ambiguo. Preferiría que los que pagan por esos anuncios se tomen el trabajo de delinear esa estrategia de neo colonización.

Yo no quiero un cambio que latinice a los Estados Unidos y no es porque lo que ocurre acá socialmente sea óptimo, es por el conjunto, es porque elegí este “paquete” completo, con sus cosas malas y no tan malas…y las buenas.

Esa posición de cambio divide a los Estados Unidos en “buenos” y “menos buenos’ y no veo a Estados Unidos de América así. En buenos y menos buenos. Lo veo como el conglomerado social multiétnico pero residiendo bajo una sola bandera que representa a UNA SOLA NACION.

No podemos recolonizar de nuevo a Estados Unidos. No quiero. Eso es deslealtad y oportunismo político por el clima de tolerancia y libertad. No somos tan buenos y preocupados como ciudadanos impregnados de civismo cuando abandonamos nuestros países y no produjimos el CAMBIO bajo sistemas que primero disparan y luego preguntan. La cerveza fría se la toma cualquiera.

 

Me opongo a convertirme en un producto de una subcultura dentro de Estados Unidos.

 

Jorge B. Arce

 

 








 

viernes, 1 de febrero de 2013

Pedaleando a vapor: Telaraña de utopía.

Pedaleando a vapor: Telaraña de utopía.: Telaraña de utopía.   La doctrina ideológica del comunismo, primero, _ del socialismo después, y por último la línea populista más...

Telaraña de utopía.


Telaraña de utopía.

 

La doctrina ideológica del comunismo, primero, _ del socialismo después, y por último la línea populista más reciente, que grosso modo regodea sus máximas y estratégicas aspiraciones sociales en repartir igualitariamente las riquezas nacionales entre los ciudadanos.

Es una falacia porque la idea inmediatamente conlleva a la imaginería popular, simple, no científica, a recrear un estado social donde los que vivan allí serán objeto de todo tipo de garantías económicas, sociales, de salud, culturales, de trabajo, etc. Que todos tendrán acceso a los más altos estudios en las mejores universidades; que todos tendrán la oportunidad de recibir un salario por su trabajo que le permita acceder a alimentación, ropas y calzado; diversiones, cultura, deportes y otros beneficios como los de la salud, seguro de vida y accidentes por igual. Porque, ¿de dónde van a ser obtenidos los recursos para respaldar esos gastos que, por otra parte requeriría en un buen superávit y un PIB sostenido.

Una de las insalvables dificultades que han enfrentado los países que han pretendido instaurar un sistema como éste, ha sido la pertinaz resistencia y oposición que, unas veces notoria y otras solapada, enfrentan los ciudadanos a ser manejados como piezas en un tablero a voluntad de una “fuerza omnipotente”, léase estado, que toma todas las decisiones en lugar de cada ciudadano. Y no es que estos individuos disfrazados de líderes-profetas han pretendido encontrar o motivar esta resistencia, es que por naturaleza el ser humano es individualista porque una de las más monumentales y trascendentales ocurrencias de Nuestro Señor Todopoderoso, es haber creado al Hombre LIBRE como requisito sine qua non.

Esos estados “imaginarios” que mueven al ensueño hoy día a millones de personas que viven en la miseria y notan en la miseria, solo se presentan en eso: en sueños, porque realmente con la presencia del ser humano sobre el planeta son irrealizables.

El hombre no se va a plegar a que el fruto de su esfuerzo diario o su mejor esfuerzo sea distribuido; permitir eso con los brazos cruzados es ajeno a su instinto.

La utópica idea es totalmente primitiva, tanto, que calca aquel tipo de sociedad prehistórica cuando la principal actividad del ente estaba dirigida conseguir qué comer. Para ello tenía que cazar con armas rudimentarias y las piezas de caza eran formidables animales. Para neutralizar esas piezas se agrupó y realizó esta actividad de supervivencia en forma común, por lo que el trofeo de la caza era repartido entre todos.

El hombre actual piensa distinto. Entrar al mercado y comprar lo necesario basta para satisfacer su primera necesidad. Lo hace solo con el dinero del bolsillo propio o a crédito. Y para tener ese dinero necesita trabajar y si desea y pretende adquirir más bienes de consumo que le facilitan la vida propia y de su familia, necesita conseguir más dinero y debe trabajar más o hacer un trabajo por el que le paguen más con menos esfuerzo. Deben conseguir eso dominando una materia determinada. Eso no se comparte, se obtiene con esfuerzo individual; entonces los logros no pueden ser compartidos con extraños, sólo con su familia.

Así que, infelices los que quedan atrapados en esa casi perfecta tela de araña de utopía.

 

Jorge B. Arce