miércoles, 7 de septiembre de 2011

Respuesta a spot en el blog "Ciudadano Cero"

Solo sugiero que los que griten o aplaudan en el Arena o en la Piragua en respuesta o reconocimiento a un talento musical, no están haciendo otra cosa que expresar su admiración por la manifestación del arte que ejecutan. Sin paralelos. Sin ideología.
Ah, pero si los que se reunen en aquél o en éste sitio para gritar o aplaudir identificados con la trayectoria ideológica del artista, entonces están ejecutando un acto cívico-político y un derecho conocido como libertad de expresión. Entonces no se trata de admirar un artista y su talento, sino de enjuiciar políticamente alguna presunta actitud inconveniente o conveniente al juicio de quienes rechiflan o aplauden.
Alguno me dirá, como ya algún enanito me ha soplado al oído, que la persona humana no puede desdoblarse, que ha de marchar paralelamente en su quehacer general. Estoy de acuerdo, pero de lo que se trata es que por tratarse de personas públicas reconocidas, ambos temas marchan muy unidos, casi inseparable a la luz de la mayoría y es entonces cuando criticamos ambas posiciones según nuestro propio criterio.
Estoy de acuerdo que los cubanos creen que tienen siempre la verdad y de ahí la algarabía en un hecho tan simple como sustituir un foco fundido. Es la mala educación ancestral en el entorno familiar, es el ajiaco de Don Fernando Ortiz o la hipercrítica de Mañach. Es todo junto. Es la intolerancia ladinamente fecundada y reproducida en la conciencia civil cubana a lo largo de más de 50 años.

Jorge B. Arce

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