jueves, 6 de septiembre de 2012


La generalidad y la especificidad.

 

Suena un poco rimbombante, pero les prometo que no es retórica.

A alguien muy conocido por mí, acaba de sucederle un acontecimiento resultado de la vida diaria,_cargada de sorpresas…casi siempre adversos_, que me hizo pensar inmediatamente en estas dos categorías del conocimiento humano.

Por supuesto que se trata de categorías filosóficas pero no es ese precisamente el tema asociado al propósito de este blog.

Ese alguien contaba con un auto Toyota Camry de 1993 por el cual pagaba una póliza de seguro de lesiones personales (PIP) por $58 aproximadamente, lo cual es bastante razonable si se atiende a la inquietud de los mercados de valores, económicos y de servicios.

Alentado por la razonabilidad de renovar los carros más “viejitos” por otros más “jovencitos”, adquirió un Honda Civic LX de 1998 a buen precio y en excelente estado, aunque tendría que invertir un poco en perfeccionar el acondicionador de aire. Lo hizo saber a su aseguradora y para su sorpresa se produjo un alza inmediata del precio ascendente a $133 y algo. Pero… ¿cómo es eso?, pensó; “esto es una locura, c…” .

Preocupado y disgustado con tal noticia de un aumento de más de 100% al sustituir un carro por otro en su póliza familiar, se puso personalmente en contacto con la oficina de la aseguradora, donde recibió que el aumento se debía a las siguientes razones:

-Las estadísticas subsumían al Civic como uno de los autos que intervenía en más accidentes y donde tenía que cubrirse por lesiones a sus choferes que el Camry.

-Estos Civic son utilizados mayormente por jóvenes que le introducen modificaciones y mejoras en su funcionamiento dejándolos listos para velocidad mayor que el diseño de fabricación, lo que le añadía dos componentes de peligrosidad.

En resumen, siendo el coeficiente de accidentes donde interviene un Civic mayor en 100% que el Camry, la aseguradora aumentaba la tasa para protegerse.

Los argumentos de mi amigo tratando de persuadir al asegurador de que los potenciales conductores de su Civic eran dos personas que rebasaban los 52 años y en distancias muy cortas y poseedores de records impecables como conductores, no entendía como se avenía a ellos esos “manejos”, no sirvieron de nada, la aseguradora se mostró inconmovible.

Entristecido y frustrado por su “incapacidad” de demostrarle a la oficina de la aseguradora que su caso no era una estadística, que por el contrario eran los conductores dueños de excelentes records de manejo; que el Civic lo había comprado para modernizar su parque familiar de carros y no para “correr” en Okeechobee Road y que no podía entender que el alza del precio se hiciera contemplando cifras estadísticas y esquivando la particularidad del usuario del servicio de la aseguradora, a quien está dirigida la póliza, personas con nombre, edad, sexo y un historial de manejo.

De nada sirvió. La aseguradora, impasible, soportó las descargas de argumentos sin pestañear y aseveró: “Así funciona nuestro sistema”.

¿Qué sistema?, ¿el creado para no reconocer los valores específicos más determinantes? “Aquella vaca pinta es mejor porque da más leche”. Caramba ¡, ¿quién diseñó ese sistema que no diferencia la especificidad de un ser humano de un registro de estadísticas?, ¿Esos son los valores por los que hay que defender la sociedad en que vivimos?.

Jorge B. Arce

2 comentarios:

  1. Hola Jorge, que lástima que tu amigo se tenga que ver en esa situación, lamentablemente así funciona el sistema de autos, te lo digo como conocedora del ramo (jejeje), es como si quisieras comprar una refacción del mismo año para 2 autos diferentes, creeme que el valor no va a ser el mismo, Igualmente sucede con las aseguradoras, tiene toda la razón el de la aseguradora, se basa en marcas, años, etc. etc y no como el seguro de vida que depende de la edad que tengas. Sólo agregar que efectivamente los Honda son autos que los "chavos" prefieren, x ejemplo aquí son para "arrancones"(mayormente), los que traen ese tipo de auto y si, arreglados y modificados. Un cordial Saludo

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    1. Hola, Sandra.
      Gracias por tus comentarios. Efectivamente es el modo en que funciona el sistema y es lamentable para los usuarios aunque no para las aseguradoras, claro. Saben que la gente se preocupa por protegerse de las alzas de las pólizas y extreman las precauciones para evitarlo. Si fueran a evaluar y premiar esas actitudes entonces ganarían menos. Se trata de una artimaña para aumentar las ganancias pero no deja de ser injusto. En fin, quién dice que los sitemas económicos conocidos sean justos ?; tú ?. No creo. Adios.

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