viernes, 7 de septiembre de 2012

Manipulaciones.


Manipulaciones.

El gobierno de Cuba pretende convencer a la opinión pública internacional, y gasta toneladas de dinero en propaganda diseñada especialmente para ello_, que el éxodo de los cubanos_excluidos los afectados por las leyes de “nacionalización”_, no son emigrantes políticos, si no económicos, como los africanos, centroamericanos, asiáticos, etc.

Olvidan que aparte de la ineptitud administrativa de la economía desde el primer momento de surgimiento de la Revolución Cubana, devenida en desastre, instauraron un régimen de cruel y feroz represión y persecución de las libertades y de los principales derechos humanos sobre el pensamiento y su expresión, evitando que los ciudadanos cuestionaran las medidas arbitrarias, _ a título de capataz de finca_, que se adjudicaba rutinariamente el dueño de Cuba per se..

Medidas antinaturales como el que el estado cubano decide qué escuelas son las adecuadas para educar a todos los niños sin excepción, usurpando el papel potestario de los padres, pasando por el “proselitismo” ideológico constantemente inculcado en niños y adultos en todos los espacios sociales hasta el enclaustramiento de la libertad de palabra, pensamiento, reunión, entrada y salida del país; todas ellas sujetas a una constante vigilancia y represión por los órganos de represión y paramilitares, edificaron una atmósfera de terrorismo de estado entronizado mediante las normas legales y las instancias administrativas y estatales, empleadas contra la ciudadanía que han empujado a miles de familia a huir a bordo de precarias embarcaciones construidas rudimentariamente para atravesar uno de los estrechos más peligrosos del continente en busca de libertad; o perdiendo la vida por congelamiento en trenes de aterrizaje de aviones extranjeros o hasta dentro de equipajes hábilmente preparados para subsistir.

Los hechos de la historia del éxodo de cubanos al exterior de la isla hablan por sí solos. Nada puedo aumentar a estos.

Pretenden enlodar tales actos de desesperación de miles y miles afirmando que ponían en riesgo la vida propia para aumentar las ganancias económicas. Es una afirmación insoportablemente deplorable que desdice de la mayoría de los cubanos que han reiniciado una nueva vida en busca de libertad dejando todo atrás. No es justo y no es cierto.

Como acostumbra esta “engrasada” maquinaria de propaganda, verdadero baluarte de defensa del régimen cubano, repite y repite incansablemente, por todos los medios posibles, valiéndose de personeros inescrupulosos que tergiversan la realidad atacando a los supuestos adversarios, este nuevo “slogan revolucionario”, pese a la historia y la razón, todavía confunde a muchos.


Jorge B. Arce

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