domingo, 30 de octubre de 2011

¿Será casualidad?

Han ustedes reparado de verdad, conscientemente, razonablemente, alejados de la niebla de las cervezas ingeridas en la parrillada disfrutando de la música que las letras de las composiciones de los músicos cubanos que residen fuera de la isla y los que residen en ella es completamente distinta ?. Bueno, yo sí, y les anticipo que mi percepción es libremente cuestionable. Por supuesto que me estoy refiriendo a músicos de origen cubano, de otra latitud no poseen tickets para entrar en este comentario.

Veamos. W. Chirino, por ejemplo, _y claro es mi favorito, por eso encabeza esta lista_. Escuche sus éxitos, los más importantes, digamos. ¿Qué les sugieren en ambiente? Reflejan las imágenes de Cuba, de la Cuba que ama, de la que atesora en su corazón. Los bueyes, la campiña, el río donde tomaba o querría tomar un chapuzón después de clases, los cañaverales, beber la leche de vaca acabada de ordeñar y en resumen, los rasgos distintivos de la cubanía que impregna el campo, lo más criollo, lo más auténtico del guajiro cubano. Eso es Cuba, coño!

Se siente, se percibe en estas piezas de la música o de la plástica o la actuación, un genuino recuerdo de estas particularidades que definen e identifican a una nación. Es como una alabanza o loa a esos perfiles que hacen reconocible a mil kilómetros de distancia los rasgos que identifican una personalidad: La cubana.

Lamentablemente no puedo decir lo mismo de autores y artistas cubanos residentes en la isla. Es otra cosa. Es como una queja, como un lastre, como una costra. En la letra y hasta en los mismos ritmos de la música actual interpretada y/o compuesta por músicos residentes en Cuba con una edad oscilante entre los 40 y los 20, se lee otra cosa, un mensaje distinto. Es como si no vieran la belleza real que les rodea por habitar el caimán. Por supuesto que no estoy añadiendo en este comentario a ciertos intérpretes de ritmos de hip hop o reggaetón, que confrontan virtualmente al régimen político, sino a aquellos llamados intérpretes de música bailable o salsa.

Deténgase y escuche con atención el mensaje social que encierra la letra de esas interpretaciones y quedará concluso para concluir que aquejan un acontecer o forma de vida caracterizado por mujeres promiscuas, prostitutas, dependientes del papito que las sodomiza. Sus intérpretes son varios: Paulo FG, el Tosco, NG La Banda, La Charanga Habanera, hasta los Van Van que históricamente narraron en sus letras el costumbrismo cubano.

El jineterismo, la prostitución, la promiscuidad, el adulterio, el trapicheo, el gansterismo, el robo, la vagancia son los verdaderos protagonistas de estas canciones o como queráis llamarle, si os place. Son características indiscutibles de que existe una sociedad que muestra sus propios valores en el inéditum de sus intelectuales sin que nadie se los exija. Brota solo, es un escape para evitar el estallido.



Jorge B. Arce.

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