Contestando el comentario apologista de la Revolución
Socialista Cubana hecho por el Sr Marcos Jesús Concepción Albala en la Chiringa…
Pero qué hace usted en Miami? Qué ♪ lo ata a esa fatídica mafiosa ciudad, Ser? Por qué no se larga a otra parte? No tiene dinero para costearse el viaje a un paraíso imaginado? Yo se lo presto con intereses, claro.
Porque, sabe una cosa? Las actitudes más cínicas que he visto se
caracterizan por determinadas personas no cubanas, que se calzan unas botas,
unos jeans, un sombrero de alas anchas, unas gafas oscuras y toman una
banderita cubana de papel y se montan en un avión y descienden en el aeropuerto
de Rancho Boyeros gritando “Viva Cuba”; y acompañan a unos curas religiosos-G2
que los guían por los paraísos artificiales alimentados por la “izquierda”, sin
libreta de abastecimientos, que han erigido para esos tours y gritan: Viva
Cuba; y siguen a sus guías hacia campitos de lechugas y cogen una guataca al
revés y se toman 10 galones de agua y sudan 35 galones y se los llevan en
ambulancia gritando: Viva Cuba; y los estabilizan de su falta de fluidez en
hospitales creados para los turistas y para los maceítos, camilitos ,
fidelitos, ernesticos y todos los curas americanos-comunistas y le dan
tratamiento de 5 estrellas que ni soñándolos pueden imaginarlos los cubanos; y
los sientan en una sala del palacio de convenciones y mientras se tragan parte
del presupuesto de las bodegas de Arroyo Naranjo en sus meriendas, escuchan a
un robo-humano que repite durante largas horas todas las atrocidades
imaninables e inimaginables sobre las
mierdas que el departamento de estado y del tesoro de USA le hace a los cubanos
para matarlos del hambre y rendirlos para que se alcen contra Fidel Castro; y
todos muy encabronados con su propio gobierno, juran mantener lealtades y
fidelidades a Fidel y a su revolución, enganchados como los jodidos cubanos, en
creer que gobierno y pueblo son lo mismo y piensan lo mismo y tienen o no los
mismos intereses. Y abordan sus buses que le regalaron al régimen como ofrenda
en su viaje de “iniciación” para transportar a los pioneros cubanos a sus
escuelas y no pasen trabajo en las colas ni a las niñas las manoseen los
enfermos y depredadores sexuales en los camellos, ignorando a sabiendas, que
esas guagas las utilizará el gobierno al
que rinden idolatría, en transportar a los enajenados que colman las plazas
cuando el gobierno le interesa que griten desaforados por los Cinco o por Elián;
Y abordan también, con paso apresurado, porque el calor y las ganas de dejar de
escuchar lo mismo de lo mismo les está empezando a joder en solo 3 días de
estancia, su avión de American Airlines hacia el Peor de los Regímenes del Planeta que
Aplasta y Persigue y Vigila a sus ciudadanos que se la pasan haciendo
viajecitos como éste en contra de sus propios deberes cívicos.
Porque acariciado por el acondicionador de aire central del apartamento de
Miami, comiendo lo que desea, teniendo su auto aparcado abajo, viajando a donde
le dé la gana, sin preocuparse si vino el huevo, el pan o la leche; sin la
jodida obligación de ver los canales que el gobierno “amablemente” le impone
por su televisor—como dosis a regañadientes de una intrincada y pormenorizada
acción psicológica de conversión que fue iniciada desde que nacionalizaron el
diario La Marina y le siguieron los demás medios de prensa—monopolizando en un
escritorio archi-conocido, toda la canalización de la información a los cubanos
para controlar sus posibles “bifurcaciones”.
Desde allí, de una residencia en el mafioso Miami, como usted le dice, o
desde cualquier otro pequeño pueblito del Oeste o el Centro de USA, con las
comodidades que le proporciona su seguro, su cuenta y su Primera Enmienda,
cualquiera es fidelista, cualquiera dice Viva Cuba Socialista.
Pero le digo una cosa: Esa actitud
es un engaño a los cubanos de a pie, porque al verlo a usted gritar Viva Cuba
Socialista desde el confort de su residencia de Miami, se imagina que de verdad
usted está jodidamente arrebatado como para vivir el “socialismo cubano”. Por
eso es un engaño miserable decir Viva Cuba Socialista mientras se tiene la
barriga llena, los zapatos nuevos, un coche aparcado y solo le preocupa qué
número saldrá con el gordo en la Loto.
Jorge B. Arce
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