viernes, 22 de junio de 2012

Otra vez el Sr. Albala alabando al régimen...


Nuevamente el pinareño Albala, un cubano-miamense que muerde la mano del que lo alimenta para adorar al régimen de La Habana…por Internet.




Pero qué hace usted en Miami ? Qué ♪ lo ata a esa fatídica mafiosa ciudad, Ser? Por qué no se larga a otra parte? No tiene dinero para costearse el viaje a un paraíso imaginado? Yo se lo presto con intereses, claro.


Porque, sabe una cosa? Las actitudes más cínicas que he visto se caracterizan por determinadas personas no cubanas, que se calzan unas botas, unos jeans, un sombrero de alas anchas, unas gafas oscuras y toman una banderita cubana de papel y se montan en un avión y descienden en el aeropuerto de Rancho Boyeros gritando “Viva Cuba”; y acompañan a unos curas religiosos-G2 que los guían por los paraísos artificiales alimentados por la “izquierda”, sin libreta de abastecimientos, que han erigido para esos tours y gritan: Viva Cuba; y siguen a sus guías hacia campitos de lechugas y cogen una guataca al revés y se toman 10 galones de agua y sudan 35 galones y se los llevan en ambulancia gritando: Viva Cuba; y los estabilizan de su falta de fluidez en hospitales creados para los turistas y para los maceítos, camilitos, fidelitos, esrnesticos y todos los curas americanos-comunistas y le dan tratamiento de 5 estrellas que ni soñándolos pueden imaginarlos los cubanos; y los sientan en una sala del palacio de convenciones y mientras se tragan parte del presupuesto de las bodegas de Arroyo Naranjo en sus meriendas, escuchan a un robo-humano que repite durante largas horas todas las atrocidades imaginables e inimaginables sobre las mierdas que el departamento de estado y del tesoro de USA le hace a los cubanos para matarlos del hambre y rendirlos para que se alcen contra Fidel Castro; y todos muy encabronados con su propio gobierno, juran mantener lealtades y fidelidades a Fidel y a su revolución, enganchados como los jodidos cubanos, en creer que gobierno y pueblo son lo mismo y piensan lo mismo y tienen o no los mismos intereses. Y abordan sus buses que le regalaron al régimen como ofrenda en su viaje de “iniciación” para transportar a los pioneros cubanos a sus escuelas y no pasen trabajo en las colas ni a las niñas las manoseen los enfermos y depredadores sexuales en los camellos, ignorando a sabiendas, que esas guajas las utilizará el gobierno al que rinden idolatría, en transportar a los enajenados que colman las plazas cuando el gobierno le interesa que griten desaforados por los Cinco o por Elián; Y abordan también, con paso apresurado, porque el calor y las ganas de dejar de escuchar lo mismo de lo mismo les está empezando a joder en solo 3 días de estancia, su avión de American Airlines hacia el Peor de los Regímenes del Planeta que Aplasta y Persigue y Vigila a sus ciudadanos que se la pasan haciendo viajecitos como éste en contra de sus propios deberes cívicos.
Porque acariciado por el acondicionador de aire central del apartamento de Miami, comiendo lo que desea, teniendo su auto aparcado abajo, viajando a donde le dé la gana, sin preocuparse si vino el huevo, el pan o la leche; sin la jodida obligación de ver los canales que el gobierno “amablemente” le impone por su televisor—como dosis a regañadientes de una intrincada y pormenorizada acción psicológica de conversión que fue iniciada desde que nacionalizaron el diario La Marina y le siguieron los demás medios de prensa—monopolizando en un escritorio archi-conocido, toda la canalización de la información a los cubanos para controlar sus posibles “bifurcaciones”.
Desde allí, de una residencia en el mafiosos Miami, como usted le dice, o desde cualquier otro pequeño pueblito del Oeste o el Centro de USA, con las comodidades que le proporciona su seguro, su cuenta y su Primera Enmienda, cualquiera es fidelista, cualquiera dice Viva Cuba Socialista. Pero le digo una cosa: Esa actitud es un engaño a los cubanos de a pie, porque al verlo a usted gritar Viva Cuba Socialista desde el confort de su residencia de Miami, se imagina que de verdad usted está jodidamente arrebatado como para vivir el “socialismo cubano”. Por eso es un engaño miserable decir Viva Cuba Socialista mientras se tiene la barriga llena, los zapatos nuevos, un coche aparcado y solo le preocupa qué número saldrá con el gordo en la Loto.
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Tengo la completa seguridad de que no la mayor parte de los cubanos piensan como piensa este individuo que enaltece tanto _en su pueril entusiasmo de idolatrar al culpable de todos los males políticos, económicos y socio-morales de los cubanos_, que lo ridiculiza y empequeñece la labor de todos los que contribuyen a que las pérfidas invenciones del abyecto personaje, salgan como lo desean.


Esta actitud servil es el síntoma más elocuente de la dimensión del daño moral del proselitismo fidelista.

Jorge B. Arce


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