miércoles, 17 de octubre de 2012

"La Super Prensa Global del Imperio".


Bajo el titulo: “Lo que no cambia sobre el sistema inmigratorio cubano”, apareció en La Pupila Insomne, este artículo que comenté al final.

 

Este 16 de octubre el gobierno cubano anunció profundos cambios en su política migratoria. Se eliminó el trámite conocido como “permiso de salida”, se extendió de 11 a 24 meses el tiempo de permanencia en el exterior sin necesidad de prórroga para quienes salgan del país, se eliminó la necesidad de presentar “carta de invitación” para solicitar pasaporte, se facilitó la realización de estos trámites en más oficinas y se flexibilizaron un grupo de regulaciones en la relación de los emigrantes cubanos con su país.

La política migratoria cubana ha estado marcada en los últimos 50 años por los intentos de Estados Unidos de utilizarla como arma propagandística contra la Revolución que triunfó en la Isla en 1959. Así, Washington ha promovido -mediante una Ley de ajuste que da residencia automática a cualquier cubano que pise territorio norteamericano- la emigración ilegal, a la vez que ha limitado la concesión de visas para viajar de forma legal. Esto ha provocado varias crisis migratorias, la última de las cuales fue en 1994 y llevó a la firma de acuerdos migratorios entre Estados Unidos y Cuba que obligan al primero a conceder un mínimo de 20 000 visas por año a ciudadanos de la Isla que viajen a ese país, donde como resultado de las políticas norteamericanas se ha asentado la mayor comunidad de emigrantes cubanos. Desde entonces se ha recrudecido, con nuevas medidas como la Ley Helms Burton, el bloqueo económico comercial y financiero que EE.UU. impone a Cuba con el objetivo de dificultar la vida cotidiana de los cubanos, contribuyendo de modo decisivo a estimular la emigración por causas económicas.

Al mismo tiempo, Estados Unidos, al otorgar de manera intencionada las visas, busca sustraer a Cuba recursos humanos de alta calificación y en el caso particular de los médicos financia un programa para captar trabajadores cubanos de la salud que colaboren en otros países.

Todo esto ha estado acompañado de una gran manipulación mediática que intenta encubrir las verdaderas causas de la emigración cubana y esconder la responsabilidad de Estados Unidos en las crisis y problemas que se han generado entre ambos países. La decisión adoptada por las autoridades cubanas ha tenido una alta repercusión, prácticamente todas las agencias de prensa acreditadas en La Habana han tratado el tema con objetividad pero, como si sus despachos se redactaran en una oficina del Departamento de Estado, la agencia alemana de prensa DPA ha culpado ante sus lectores al gobierno cubano de los conflictos migratorios entre ambos países. “La prohibición de viaje ha causado graves crisis migratorias con Estados Unidos en el último medio siglo”, dice DPA para convertir la víctima en victimario y prestar su servicio a Washinton contra lo que llama, con el lenguaje de las emisoras que paga EE.UU. contra la Isla, “el régimen cubano”.

Cuba está cambiando de manera importante su política migratoria pero, sin dudas, hay al menos dos cosas que no cambian en relación con ella. La primera es la guerra económica y mediática del gobierno norteamericano que la condiciona, y segundo, el modo servil en que algunos medios de comunicación se prestan a encubrirla. (Publicado en CubAhora

 

 

 

 

 

Mi comentario:

 

 

No me explico cómo personas como las que “planean” por este blog, insisten en afirmar una y otra vez, como lloviznita de mayo, que el mundo está siendo “colonizado” por la Gran Prensa, si como muchos saben también, menos los cubanos, es que sistemas de gobierno decididamente autócratas como: Ecuador, Irán, Venezuela y Cuba, por ejemplo, que han perfeccionado el arte de desarticular los medios de prensa privados y disminuirlos hasta la mínima expresión en pocos años y valiéndose de todas las artimañas propagandísticas que han manejado hábilmente y entronado un verdadero sistema de información oficial donde la redacción pasa, de soslayo por la casa de gobierno, en acusar y acusar y acusar cada vez que pueden, como en este “distinguido sitio de propaganda express”, en la absurda campaña de que hay un súper control global espacial estratosférico que le dice y dicta al Washington Post, New York Times, El País, Times, etc, etc, etc cómo es y cuándo es cada cosa que escriben.


Esta afirmación es tan absurda, incoherente e irrealizable que si los que se atragantan de letras escritas en idioma comunista, como las que se suelen presentar en este espacio y otros similares, pensaran con la cabeza propia y no con la ajena, quedarían anonadados (como una vez quedé yo ciertamente), de toda la inmundicia que los seres pensantes como los humanos somos capaces de absorber en corto periodo de tiempo y atiborrarnos la cabeza de todo lo que escriben gente sin sentido común.


Pero esa es la vida; a veces la vemos que pasa a nuestro lado como si no fuera nuestra si no de otros, y no nos mezclamos en sus consecuencias; y le permitimos al “vecino” que opine por nosotros o ni siquiera nos tomamos el trabajo de razonar porque el razonamiento nos lo dio “alguien” previamente escrito en una cuartilla que recibimos “del buen vecino” y decimos: “…coño, con el hambre que tengo, que no he desayunado y son las 10 de la mañana, para qué me voy a poner a averiguar si es cierto o no, si el “vecino” es un tipo buena gente y además ni siquiera me pagan por pensar si no por despachar papas en la bodega cuando vienen…”





Jorge B. Arce

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