Estrategia del
entretenimiento político.
¿Qué propósitos persigue en realidad el proyecto de lucha
contra la homofobia liderado por la Sra. Mariela Castro, hija del presidente
cubano Raúl Castro? Veamos si los hechos esenciales de ese proyecto responden
al legado histórico del régimen.
-Cuba ha sido desde su surgimiento como república y aun
antes, una nación conformada por directrices “machistas”, lo que supone que el
espacio para personas inclinadas a “amar” a otras del mismo sexo, es ínfimo.
Cuba ha sido gobernada, con
independencia de la ideología, por funcionarios machistas, fruto del hábitat donde
se fundieron. Pero la última pléyade de gobernantes ( léase los Castro), han
sido, sobre todo el primero, especialmente represores de los homosexuales,
incluso más que con las lesbianas, amparado en su discurso importado de la
extinta URSS y el resto de Europa Oriental. Esa represión fue extremadamente
cruel a niveles oficiales en los primero años del triunfo de la revolución en el
año 1959, cuando los homosexuales fueron condenados hasta por 2 años de trabajo
forzado en campos de concentración a la usanza hitleriana y stalinista, lugares
tristemente conocidos como las UMAP’s o Unidades Militares de Ayuda a la
Producción.
Fueron recluidos un amanecer de
cualquier día, al despertar, cuando soldados del Ejército Rebelde y los
incipientes milicianos de las Milicias Nacionales Revolucionarias, llamaban a
sus puertas y los empujaban encima de los camiones que se encargaban de
conducirlos hacia esos campos. Un despertar de pesadilla para todos aquellos “maricones”,
epíteto gentilicio con que se conoce en la isla a hombres que gustan de otros
hombres, pero que destila la verdadera esencia de la repulsa social contra
éstos encumbrada en los genes de los cubanos. Encima de esos camiones,
semidesnudos, sin sus pertenencias, bajo la cómplice mirada de todo el
vecindario y bajo el abucheo de un montón de imbéciles e ineptos, los
despachaban para registrarlos y meterlos entre las alambradas que marcaban el
perímetro de esos campos.
-Junto a los homosexuales también
hacinaron a otros “deshechos” y “lacras” sociales que debían ser reeducados con
las premisas del hombre del siglo XXI, según ideario de Ernesto Guevara, o sea,
a hombres de fe, laicos y religiosos, así como los llamados “gusanos” y más
tarde contrarrevolucionarios y disidentes.
-Por años la posición de la más alta
dirección del país apadrinó estos métodos de represión a la libertad de
pensamiento, si bien posteriormente fueron modificadas y no tuvieron el descaro
del principio, considerando la necesidad de que el aislado gobierno ante
organizaciones humanitarias internacionales por estos temas, obtuviera mejor
puntuación.
A la luz de estos desmanes históricos,
¿qué fin busca el gobierno cubano, arropado en la imagen de Mariela Castro, con
este movimiento de lucha contra la homofobia en el marco público sin antes
apuntar hacia los verdaderos homofóbicos?
Tal posición recuerda a la que las
FARC de Colombia han adoptado en las conversaciones de paz promovidas por el
presidente Santos y que se desarrollan en La Habana, pues se consideran “victimas”
del conflicto armado de unos 50 años de duración.
Si de veras la dictadura cubana
deseara adoptar una posición humanitaria y tolerante, su líder debe reconocer públicamente
aquellas persecuciones y abusos a los derechos civiles de sus ciudadanos, para
que el cambio de la compostura “social” nazca primero que la individual y de un
hecho previo, el reconocimiento de la culpa y la responsabilidad. Después…ya
veremos.
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