Failure copy.
El Sr. Presidente de Bolivia
Evo Morales es un individuo que ascendió al poder político de su país de manos
de vericuetos de huelga y revuelta. Su pasado es oscuro, pues se destacó como líder
vociferante de jornaleros que se ocupaban de sembrar y cosechar las plantas de
Coca, por lo que eran conocidos como “cocaleros”. Los delineantes de su
trayectoria más audaces lo definen como un “incendiario” de pasiones de grupos
de indígenas de la altiplanicie boliviana, ocupados más en llevar comida a sus
casas que en avatares políticos. Pero, letrado en esos caminos de encender
pasiones ocultas, se dio a la tarea de ocupar las mentes de esas gentes con
ideas de la Madre Naturaleza, el Socialismo del Siglo XXI, los Comandos de la Altiplanicie
y toda otra serie de “programas de liberación nacional y lucha contra el
imperialismo yanqui, más conocido actualmente como “el imperio”, pseudónimo
colocado por su compinche Chávez para distraer la mente de la gente nueva de
Castro que fuera el que bautizara a Estados Unidos con el primer apelativo.
Creo que estos no andan muy
descaminados en sus apologías pues el Sr. Morales durante el tiempo de su
mandato presidencial ha dado muestras de que no congenia mucho con el cuerpo
legal de su país. Pues resulta que para descubrir que la filosofía propia se
antepone al cuerpo vigente, el presidente ha de fijarse un derrotero desigual
al ideológico que da base al instituido, es decir, una doctrina distinta, y a
partir de esta otra perspectiva, descifrar esas diferencias. Ello debe nacer a partir
del estudio pormenorizado de la nueva doctrina para entender las diferencias,
lo pro y los contra. ¿Es esto lo que ha hecho este señor? Bueno…pienso que
inobjetablemente el devenido presidente boliviano disiente de la base
institucional democrática del estado del que se hizo cargo como primera figura
a partir de la otra y única alternativa ideológica del poder político: el
Comunismo o el Socialismo.
Que ¿cómo adquirió esta convicción
de hacer lo posible por desinstalar el estado tradicional democrático?...pues
nada menos que desde sus andanzas como cocalero revoltoso y codeándose con
obstruccionistas de carreteras, caminos, armadores y organizadores de huelgas
campesinas y de algunas clases de otros jefes de estado vecinos. Para algunos
es un inadaptado, un anarquista que se esconde en sus orígenes de indígena del
altiplano como escudo.
Desde que sumiera el primer
cargo, Morales se ha caracterizado por ignorar los protocolos de su cargo e
investidura y se jacta de presentarse en cualquier ceremonia pública con
disfraces propios de una fiesta de carnaval. Pero este proceder no es ocioso,
no. Si miras a la historia, cada líder ha tenido un ardid emblemático para
llamar y atrapar la atención de los que pretende dirigir. Las botas y la casaca
militar de Stalin; la casaca militar y la gorra de Mao; el uniforme verde olivo
militar y su rifle de mira telescópica de Castro; el uniforme militar y la
boina roja de paracaidista de Chávez; las guayaberas nicaragüenses; las camisas
sin cuello o cuello chino con bordados en la solapa de origen ecuatoriano. ¿No
es así? Como entonces Evo se va a quedar detrás? Dispuso que usará siempre el sweater
tejido con lana de alpaca y su cerquillo cocalerito, para demostrar que no es
menos, a pesar de que algunos cabrones jefes de estado en ciertos eventos, se ríen
de él a sus espaldas.
Pero este proceder no solo
lo distancia del proceder normal del protocolo de un jefe de estado; no. Te
está diciendo que todo eso le importa un pito. Bueno, es un asunto de los
bolivianos que se lo permiten. Al parecer, es uno de los intocables. Si se
tratara de otro país y no de Macondo, algún que otro asesor o un miembro del
congreso, le llamaría la atención al respecto para que se acogiese al buen
vivir. Pero en el caso que nos ocupa, Evo, no procede, pues Evo se ha rodeado
de una aureola de INTRANSIGENCIA e INTOLERANCIA, lo que es sinónimo de HAGO LO
QUE ME DA LA GANA Y NADIE PUEDE DECIRME NADA PORQUE SOY EL PRESIDENTE QUE
USTEDES ELIGIERON PARA QUE LOS REPRESENTE. ¡Qué problema!
Lo que más resalta de su
trayectoria como primera figura del país, es la resistencia a patrones
reconocidos por el propio pueblo que representa y por una tenaz búsqueda de
vericuetos legales y no tan legales o parcialmente fabricados, para “sacar” de
circulación a sus más acérrimos opositores. La amenaza, la extorsión y otros
métodos nada ortodoxos son empleados en los casos en que el adversario es
seguido considerablemente por simpatizantes que colocan en peligro la política oficial.
El objetivo es gobernar sin disidencia ni oposición, vaya…como el capataz de la
finca, arreando vacas.
Este comportamiento del jefe
de gobierno, el que practica futbol de manera poco caballerosa con sus
subordinados, no es casual; cumple un patrón de acceso al poder y su
sostenimiento que otros han estrenado con mucho éxito.
Sus esfuerzos por mantenerse
a la par de sus ídolos ideológicos lo convierten en una grotesca caricatura que
muy poca gente ignora pero que sus allegados admiten por razones obvias.
Uno de los últimos episodios
que ilustran estas particularidades del presidente Evo, es el enfrentamiento
que mantiene con el poder judicial, que no es tan independiente como debiera_,
en lo concerniente a que el tribunal constitucional bolivariano fallara
anulando algunos artículos de la ley conocida como de Autonomías y que
incapacitaban a determinadas personas por la autoría de ciertos actos, para
acceder a cargos públicos. Don Evo no admite ese fallo, se desentiende del
mismo y lo declara sin ambages. Es claro, para este señorito, la teoría de
independencia de los poderes no existe en Bolivia, en lugar de acatarlo
respetando y reconociendo el mandato soberano inherente a dicho tribunal en
materia tan susceptible como la constitucional.
Otro de los capítulos recientes
es la pugna en política exterior con el gobierno chileno, no solo por la
inalterable y desentendida posición vista de no acatar acuerdos entre ambos países
pactados con anterioridad y plenamente vigentes respecto al acceso boliviano al
océano, sino que la captura y arresto por autoridades chilenas de dos militares
bolivianos, armados y después de haber penetrado en territorio del vecino país,
le ha servido de tribuna para despotricarse y amenazar a Chile, ignorando lo
que es obvio: Una violación de la soberanía territorial del vecino país por
militares armados, pretendiendo que Chile admita como indiscutible sus alegatos
de que los mismos perseguían a criminales chilenos que penetraron a su vez en Bolivia.
Sean ciertos o no los
argumentos de las partes, el gobierno boliviano debe admitir la legalidad del
acto chileno en su deber de proteger sus fronteras, y la inalterabilidad del
debido proceso en contra de los sospechosos. Un presidente con ánimo de
encaminar unas relaciones verdaderas de buen vecino con Chile, se ocuparía en proveer
al actuante, de toda la ayuda necesaria para viabilizar la pesquisa pericial y
judicial. Evo no. Evo le agrada reunir un grupo de cocaleros en medio de una
loma y vociferar pestes contra Chile. Evo sabe que le beneficia a su gestión (o
deberíamos decir INGESTION), mantener los ánimos exaltados a modo de cortina de
humo para ocultar las kakitas principales de su estilo de gobernar al estilo de
los que obstaculizan la circulación por carreteras mediante barricadas. Es eso
lo que sabe hacer muy bien el Sr. Presidente.
Pero si a usted, estimado
lector, no le bastan estos argumentos sobre el pintoresco presidente Morales,
sepa que hace apenas unas horas, en medio de uno de esos discursos incendiarios
que tan bien ha aprendido a pronunciar contra todo lo que huela a democracia,
dio a conocer que nacionalizará ( o ya lo hizo), la empresa SABSA, una filial
de las aéreas Abertis y Aena, ambas de capital español, justificando el acto en
el hecho de que desde hacer 3 años su gobierno pretende imponer (eso no lo
dijo, sino que “negociaba” con los ibéricos para que modernizaran con nuevas
inversiones a SABSA, pero no lo lograron. Argumentando que la decisión estaba
tomada previamente pero el ex Zapatero le había pedido considerarlo y tratar de
negociar con los congéneres.
Los gallegos tienen fama según
los cuentos callejeros de ser estúpidos, pero realmente no lo son. ¿A cuál de
ellos se le ocurriría invertir más capital en una empresa con base en un país
como Bolivia-Macondo, del que su primer mandatario andan en pulovitos tejidos
en medio de encuentros de etiqueta?.. ¿Sabiendo que cuando le da una rabieta
porque Chávez no le ha enviado el cheque o el avión con petróleo, la coge lo
mismo con el vice, que con la secretaria con trenzas o con el perro del que
limpia el despacho. O en el mejor de los casos, se pone a jugar futbol dando
codazos y patadas a diestra y siniestra como si los jugadores fueran de goma?
Lo dudo que haya un empresario loquito con su dinero invertido en Macondo…digo,
en Bolivia.
De manera que la
nacionalización es un castigo a los dueños de SABSA por no hacer lo que Evo
quiere: Modernizar y luego, darle el palo nacionalizador… ¡No es tonto el
indito! Ahora tiene a SABSA sin modernizar con dinero gallego y sin dinero
boliviano para hacerlo. Entonces, ¿para qué nacionalizó? Que yo sepa, SABSA no
genera ni el 1 % del PIB de Bolivia, ni es una fuente de recursos naturales que
se roban los españoles a sus legítimos dueños; todos ellos verdaderos
argumentos que sostienen una nacionalización, como la del petróleo mejicano,
por ejemplo.
Ahora tiene dos problemas. Uno, administrar
SABSA que seguro le cambiará el nombre y le pondrá…digamos…BoliAir, AirBoli,
AirAlpac o cualquier otro que obtenga de sus brujos asesores que se comunican
con señas con la Madre Tierra y le dicen al oído lo que es mejor o peor para
los bolivianos; y otro buscar quien le preste el dinero para hacerlo a cuenta
del país endeudándolo.
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