martes, 13 de agosto de 2013

No musulmanes en el parqueo, dice el cartel



No soy americano; vine aquí en busca de libertad. Si me dispongo a entrar a un restaurant y en la entrada hay un letrero que dice, por ejemplo: " no se admiten hispanos. El dueño.", me voy con mi música a otra parte pues realmente es el dueño y eso quiere decir DUEñO; posee el derecho de atender a quien le plazca.
 
 Por qué motivos tengo que acudir a los diarios, a la TV, al alcalde, a las ONG's para denunciar que el dueño no gusta de los hispanos ?. Qué me mueve a hacer eso ?.
 
Me contesto: Odio por el dueño que no me dejó saborear su menú. Necesidad de hacerle pagar lo mal que me ha tratado a mí, preferentemente y al resto de los hispanos que vengan con el mismo propósito de comer en el restaurante. En fin de cuentas me busco otro restaurant y punto.
 
Y no puedo olvidar que estoy en su país, no es el mío, es el suyo y comprendo que puede sentirse atribulado por el incremento de más y más gente de piel cobriza, pelo negro, cara redonda y gritando más que hablando.
 
 Pero lo ocurrido con ese cartel en el Marquet de Texas es parte de lo que se ha venido diciendo desde hace mucho y la gente no hace caso: Que una especie de secuestro de occidente desde adentro está manipulando el Islam y no es cuento, lo dicen en sus plegarias en esas mezquitas. Luego cuando ocurre una conducta como la del dueño del supermercado, se agarran hasta de un clavo caliente para pasar como víctimas ante el supuesto odio religioso.
 


No creo que haya intolerancia religiosa contra el Islam; en definitivas el Corán preconiza el amor y la paz. Lo que no soportan los americanos, heridos en su corazón, es al terrorismo y el terrorismo, lamentablemente para los musulmanes buenos, tiene cara de musulmá
n. Ese es el punto.
 

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