Sobre Martí y yo emigrante.
Hola, Luis. Comentando su
siempre generosa atención hacia mis comentarios. Gracias. No es un
agradecimiento inmerecido puesto que usted es mi anfitrión en este sitio y me
siento satisfactoriamente atendido aunque no nos "rocemos" ni a 100
pies en algunos temas.
Usted ha "tocado"
un tema que por su ínterin, necesitaría mucho espacio o mucho tiempo para
desarrollar mis ideas al respecto: Las aspiraciones de Estados Unidos. Y
realmente siento constatar que una persona como usted, con determinados valores
de instrucción, razone a "medias" _por no citar otro adjetivo más
preciso e hiriente_. Su concepto sobre el tema debe basarse en datos obtenidos
de algún sitio que le impulsen a repetir esa afirmación de conquistador
planetario de los Estados Unidos. No pretenderé refutar esa tesis. Por sí misma
dice mucho de usted y lo lamento. Es su opción vivir con esa idea
"colocada" en su conciencia por años, manejada, conducida, inducida.
Imagino que el "espacio" en que usted se mueve para respaldar tal
afirmación _en definitivas no es su autoría ni nada por el estilo_, no le
permita observar muchas cosas, no porque no lo desee, si no porque no puede.
Prefiero imaginarlo así que como instrumento de un proyecto porque lo
apreciaría más como persona.
No voy a contradecirlo,
blogger, no me atrevo al menos por ahora. Prefiero incitar en usted el bichito
de la curiosidad, laboriosidad, constancia y perseverancia para adentrarse en
ese inmenso pequeño mundo de la conciencia prefabricada.
En cuanto a Martí la cosa es
distinta. A él hay que estudiarlo con método no con vicio. Hay muchos
estudiosos de Martí en Cuba y por otras latitudes. Cuando empecé a leerlo
"concienzudamente", claro, no como infante, me adentré en sus obras
completas y tomé el volumen XVIII como el primero; no fue por casualidad que lo
hice pues buscaba vehementemente encontrar un Martí que no fuera como el que me
han estado pintando durante años y años desde el sexto grado hasta la Colina.
Hasta un Martí cocinero me fue presentado en perfiles televisivos de pocos
minutos de duración a cuentas de uno de sus aniversarios de nacimiento. Y lo
encontré, hallé ese Martí del siglo XIX feroz crítico de las ideas y régimen
socialista. No olvido el inmenso alborozo que experimenté en esa lectura y la
sagaz crítica a dictaduras de funcionarios en la pluma del Maestro; no por
gusto había buscado en varias bibliotecas ese volumen y no aparecía por ningún lado!
Qué cabrones!
En fin, Luis, no presumo de
conocer a Martí y si cité ese verso ayer fue porque es una referencia directa
al manipulado concepto politiquero de PATRIA y Educación Patriótico Militar, etc.,
teoremas que pasé mi vida escuchando en todos los medios habidos en la tierra
donde nací. Concepto que se empeñan en colocar sobre la mesa de conversaciones
los que quieren convertir al lugar de nacimiento en algo sacrosanto e
irrenunciable.
Lo verdaderamente importante
de ello es que uno puede nacer en cualquier lugar y ser ciudadano de otro
lugar; todo consiste en la aceptación que como ser humano recibamos. Yo, por
mis ideales era un extranjero en Cuba. Sin mover un solo dedo en contra del
Estado; sin mover un solo dedo en contra de los poderes políticos en general;
sin conspirar; sin asociarme; sin delinquir ideológicamente de acuerda las
rígidas normas del partido comunista y de los ordenos 13, 14, etc. de la Orden
No. 1 del Cmte. En Jefe, recibía más acoso de tipo político que es usted
incapaz de imaginarse. Sabe por qué?; por expresar mis opiniones y mis
cuestionamientos a todo lo que observaba injusto o inadecuado o
desproporcionado. Era eso: Un crítico, pero ni siquiera activo porque carecía
de plataforma para difundir mis críticas y otras cosas...
De qué patria me sugiere entonces?
Perdí a pocos amigos cuando emigré porque quien se conduce como lo hacía en
Cuba, transita por una fina cuerda y te miran los que te conocen como un apestado:
( Ese, estás loco, ese contamina, la policía me llega a mí a través de él; está
en candela"). No puedes conservar amigos con ese acoso.
Aquí, en esta nación que al
parecer tanto odias, siendo un extranjero porque lo soy, me tratan con respeto.
Digo lo que pienso en cualquier soporte al que tenga acceso; llamo a los
políticos locales y me comunico con ellos; critico sus errores según mi
perspectiva y no recibo ninguna advertencia de peligrosidad y créame, Luis, si
hay algún país que está constantemente amenazado es Estados Unidos porque sus
enemigos sobran y en Cuba se esconden algunos de ellos y usted lo sabe.
Cómo no voy a amar a este
país si me ha brindado las oportunidades que no me brindó el nativo a pesar de
llegar con 53 años y con escasos conocimientos para abrirme camino?
Me temo que tal vez usted no
llegue a alcanzar la profundidad de mis sentimientos porque supongo que no es
un emigrante y no es un extranjero en otro país que no es el suyo. Y Estados
Unidos brinda tantas oportunidades a los extranjeros que se unen aquí
provenientes de todas partes de la Tierra, que no te sientes extranjero cuando
te insertas culturalmente en este nuevo ambiente. Es el secreto para no pensar
constantemente que podría estar viviendo en la isla y no en Miami Lakes. Te
acostumbras a los nuevos paisajes (planos como son en La Florida), a los nuevos
olores, alimentos, mercados, transporte, vías, recreación, turismo, trabajo, en
fin, la vida.
Amo este país porque en
primer lugar me aceptó sin pedirme nada a cambio. En mi propio país para
continuar avanzando en mi carrera tuve que responder SI para brindarme como
voluntario al África a una guerra que no era de Cuba, sino de Fidel. He tenido
dos trabajos que me brindan lo necesario para vivir como no imaginé que viviría
nunca cuando estaba en Cuba y soñaba en venirme acá; en términos cerrados:
incomparablemente mejor.
Pero lo más resaltantemente
positivo del cambio es que ya no oigo el teque político-ideológico día y noche
y no tengo que ocultar mis opiniones todas para impedir que me señalicen;
ni me "tocan a la puerta" para
preguntarme por qué no he ido a votar o qué voy a hacer mañana que el gran líder
va a estar presente en el acto por el aniversario...etc., etc. y todos debemos
contribuir a su seguridad.
La tangible sensación de
poder expresar libremente lo que pienso me hace creer que he
"crecido" una docena de pies de altura humana.
Créame, ni siquiera recuerdo
los tristes momentos de escaseces disímiles que sufren una parte de los
cubanos; el recuerdo siempre perenne en mi memoria son la inmensa falta de
libertades civiles. Al residir aquí donde un policía no te detiene en medio de
la autopista para preguntarte qué relación tienen de consanguinidad entre los
pasajeros que llevas y tú o para registrarte el maletero o pedirte
identificación, me siento como si flotara, como si no tuviera los años y las
canas que tengo. En todos estos años solo me detuvo un patrullero una vez por
acelerar bruscamente en una zona escolar activa ( más de 7 años manejando
diariamente más de 12 millas y pasando centenares de intersecciones reguladas
por luces, avenidas, calles y autopistas). Se colocó en marcha detrás de mi
auto y activó las luces de torreta. Me detuve; se acercó; bajé el cristal,
saludó cortésmente en Inglés y al identificar mi somato tipo en Español y
preguntó: "...Señor, comprende lo que acaba de hacer incorrectamente?".
Esa fue su pregunta sin preguntarme nada más con maneras corteses pero severas,
sin el más mínimo asomo de indulgencia, autoritarismo o abuso de autoridad.
Con idénticas maneras se me
acercó otro en otra oportunidad al verme estacionado junto al carro de un amigo
que se averió en el Palmeto Express Way en la franja de desahogo y emergencias
y después de saludar preguntó: " ...Puedo hacer algo para ayudarles,
señores ?". Qué diferencia, Luis, qué diferencia!, a pesar de que algunos
criminales que actúan en las calles reciben a balazos a los policías cuando se
detienen cerca de ellos, proceder que coloca a los oficiales en una situación
muy comprometedora pues han de diferenciar en fracciones de segundo un
infractor casual de las leyes de tránsito de un criminal armado y cargado de
drogas.
Sí, Luis, amo a este país
porque me ha dado lo que he necesitado para mí y para ayudar a mis familiares a
soportar las penurias de un sistema improductivo e incapaz.
Jorge B. Arce
No hay comentarios:
Publicar un comentario