¿Ríe verdaderamente el
pueblo cubano?
¿El pueblo cubano ríe? Puede
reír una persona que ha sido sometida a una doctrina de odio a todos los que
piensan distinto lo que los convierte en enemigos? ¿Puede nacer y fructificar
el amor en una familia cubana donde suelen convivir más de dos generaciones
bajo el mismo techo si cada una difiere de la otra por el nivel de aceptación y
respuesta de la doctrina estatal-social-educacional dirigida a concebir la
macabra idea de que el cubano es un ser aislado y amenazado por la mayor
potencia militar de la historia del planeta y que pretende arrancarle los
logros obtenidos?
Pero, primero: ¿qué logros?,
¿qué logros tienen los jóvenes cubanos?, ¿qué consiguen con diplomas, títulos y
postgrados sino colgarlos de la pared en un marco de madera o en la memoria
portátil de ordenador, que le envió un pariente desde Miami, a modo de
curriculum?.
Pero aún consiguiendo un
trabajo interesante, ¿el estipendio colmará sus necesidades perentorias?
El pueblo cubano sí ríe.
Ríe cuando su conciencia se nubla con alcohol barato sentado en una acera de
una calle acompañado de otros amigos del “invento”, mientras miran a la
vecinita “escultural” contoneando sus caderas al ritmo del reggaetón.Jorge B. Arce
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